10 hechos sobre el cuerpo humano que probablemente desconocías

Publicado 6 octubre, 2015 por Alberto Díaz - Pinto
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El cuerpo humano es una obra de ingeniería a una escala sin precedentes. En efecto, somos la obra maestra de la naturaleza y la evolución y, tal es la complejidad de nuestro cuerpo que, cada días que pasa, la ciencia sigue descubriendo cosas nuevas sobre él.

Y es que millones de años de evolución dan para mucho, más de lo que solemos pensar. Por eso, cuando nos topamos con información tan interesante sobre nosotros mismos, no podemos evitar compartirla instantáneamente con todos vosotros.

Así pues, aquí están algunos de los hechos más insólitos sobre le cuerpo humano y que seguramente no conocías:

1. Los dedos mojados se arrugan para que podamos agarrar cosas debajo del agua

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Cuando estamos bastante tiempo en el agua, nuestros dedos y manos se arrugan irremediablemente, pero ¿alguna vez os habéis preguntado por qué?. Bueno pues resulta que se trata de una ventaja evolutiva en toda regla, pues se trata de una respuesta del sistema nervioso para poder coger y agarrar cosas debajo del agua, como si fueran las estrías de los neumáticos de los coches para agarrarse mejor al asfalto.

2. Cuando una mujer embarazada tiene un órgano dañado, el feto manda células madre para repararlo

Los científicos han demostrado que, cuando la madre tiene los tejidos del corazón dañados por un infarto, el feto manda células madre procedentes de la placenta para reparto. Esto también puede ocurrir en otros órganos vitales dañados como el pulmón, riñón, hígado, cerebro… Eso sin contar con que también cede células madre para prevenir el cáncer de mama. Se trata de un mecanismo de defensa para el bebé, ya que al proteger su propia vida, está protegiendo la de su madre.

3. El ser humano está diseñado para cazar: no seremos muy rápidos, pero sí buenos corredores de fondo

Esto es porque somos únicos a la hora de mantener una temperatura corporal estable, a pesar de las variaciones de temperatura ambiental o de la producción de calor interno. Por eso, aunque no seamos excesivamente rápidos, somos muy buenos cazadores. Nuestros ancestros, y algunas tribus actuales, siguen practicando la caza por agotamiento: perseguir al animal hasta que esté exhausto. Estos no son capaces de regular su temperatura corporal tan bien como nosotros, de ahí que se cansen antes.

4. Cuando adelgazamos no solo quemamos grasas, sino que también la exhalamos por la boca

Es bien sabido que cuando adelgazamos nuestro metabolismo «quema» las moléculas de grasa. Pero lo que no habíamos tenido en cuenta es que los átomos de carbono contenidos en los triglicéridos se expulsan a través de los pulmones, junto con el dióxido de carbono que exhalamos continuamente.

5. La composición de la leche materna varía según la edad y las necesidades del bebé

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Todos los bebés pueden vivir durante los 6 primeros meses de vida exclusivamente con leche materna, ya que esta contiene todos los nutrientes y vitaminas necesarias para su correcto desarrollo. Pero seguro que lo que no sabías es que su composición varía según las necesidades del pequeño, que dependerán de su edad. Esto seguirá siendo así aunque la madre esté amamantando a dos niños de distintas edades a la vez: la leche se adapta con las vitaminas, proteínas y grasas que necesita cada uno de ellos. La leche materna también genera los anticuerpos necesarios para curar al bebé de las posibles enfermedades.

6. La uñas que crecen más rápido son las de nuestro dedo corazón

Flickr: Gemma Bou

Flickr: Gemma Bou

Es bien sabido que las uñas de las manos crecen el doble de rápido que las de los pies, pero todavía no se sabe muy bien por qué existe esta disparidad en el crecimiento de uñas. Sin embargo, existen varias teorías que tienen bastante sentido: las manos se benefician de una mejor circulación sanguínea, y por tanto de un mayor suministro de oxígeno y de los nutrientes que estimulan el crecimiento. Y ello se debe a que está más cerca del corazón que los pies. También es posible que algunas manías, como tamborilear con los dedos o rascarse, estimulen su crecimiento, mientras que nuestros pies está libres de tales vicios en el interior de calcetines y zapatos. Eso también explicaría que en los dedos más largos crezcan más rápidamente las uñas.

7. Nuestro cuerpo pertenece más a las bacterias que a nosotros mismos

Nuestro cuerpo tiene más ADN de bacterias que de seres humanos, concretamente 10 veces más. En nuestro sistema conviven 100.000 de bacterias, lo que equivaldría a 2 kg. Sin embargo, ellas son las encargadas de cumplir una cantidad de funciones beneficiosas tales como producir las sustancias químicas que nos ayudan a aprovechar los nutrientes de los alimentos o intervenir en la salud del sistema inmunológico.

8. Nuestro cerebro tiene una capacidad equivalente a 1 millón de gigabytes

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El cerebro humano alberga un billón de neuronas, y cada una forma mil conexiones con otras, pudiendo trabajar en varias memorias al mismo tiempo. Si midiéramos la capacidad de nuestro cerebro, podríamos decir que se acerca a 2,5 petabytes -1 millón de Gb-, o lo que es lo mismo, la equivalencia a 300 años en programas de televisión. S

9. Nuestras células se autodestruyen para no volverse cancerígenas

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Otro rasgo de inteligencia distintivo de nuestro cuerpo. Cuando nos quemamos tomando el sol y el ADN de nuestras células ha sido dañado, estas se matan a sí mismas para evitar que aparezca cáncer. Generalmente todos los días hay células de nuestro cuerpo que se autodestruyen, cuando detectan que algo no va como debería. El problema es que si el ADN está excesivamente dañado, este mecanismo puede fallar, por lo que siempre hay que usar protección solar.

10. Tenemos un estabilizador de cámara o «steadicam» en el cerebro

Algo muy fácil de comprobar con el siguiente experimento: fija algún objeto al fondo de la habitación. Ahora mantén la mirada mientras giras la cabeza en todas direcciones. Es algo que solemos dar por echo, pero imaginaros la cantidad de cálculos que tiene que hacer el cerebro para rotar las órbitas y mover los músculos de los ojos sin perder de vista el objeto. Y no solo para un ojo, sino para dos: cada uno de ellos tiene que contraer un músculo distinto para seguir mirando al mismo punto fijo.

Fuente: gizmodo, reddit, latercera, batanga

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