10 pensamientos que hacen nuestra vida más difícil de lo que debería ser

Publicado 9 febrero, 2016 por Alberto Díaz - Pinto
PUBLICIDAD

A veces, adoptamos formas de pensar que no nos hacen ningún bien, pero que no somos capaces de controlar o de las que directamente no somos conscientes. Buscar siempre un culpable para eximir nuestra culpa es una de esas cosas que solemos hacer mal y con bastante frecuencia.

En ocasiones, solo hay que reflexionar un poco y buscar soluciones plausibles ante las adversidades, sin caer en posturas egoístas, ególatras o poco realistas. Por supuesto, la clave también reside en asumir algunos riesgos a los que a veces nos da miedo enfrentarnos en nuestras cómodas vidas. Después de todo, nadie dijo que llevar una vida plácida y con las menos preocupaciones posibles fuera a ser fácil.

pensamientos

A fin de evolucionar y crecer un poco más como personas, estas son las 10 cosas en las que debemos evitar caer para hacer nuestra vida mucho más fácil:

1. Atribución de intenciones

«La culpa es del otro conductor», «mi amigo nunca me contestó al mensaje» o «mi compañero de trabajo salió a almorzar sin mí», son solo algunos de los ejemplos que podrían hacer que nos ofendiéramos con alguien. Todos podemos encontrar razones para darnos por ofendidos constantemente, encontrando motivos y malas intenciones inexistentes en los otros. Y es que, a veces, nos tomamos estas cosas como una afrenta personal, como una bofetada en la cara.

La gente feliz no hace eso. No se toman las cosas personalmente, ya que atribuye intenciones involuntarias a los demás.

2. Ser la estrella de tu propia película

No es de extrañar que muchos piensen que el mundo debe girar a su alrededor. Después de todo, esas personas han estado en el centro de todas y cada una de las experiencias que les han tocado vivir, como el resto de nosotros.

Estas personas se creen la estrella de su propia película. Ellos son quienes escriben el guión y saben perfectamente cómo quieren que se desarrolle. Incluso saben cómo quieren que termine.

A estos individuos se les olvidó ceder algún papel protagonista a otras personas en sus películas, por lo que les es difícil compartir cualquiera de los aspectos de su vida, cayendo en la intransigencia y la egolatría más absolutos.

De vez en cuando debemos dejar que otras personas adquieran protagonismo en nuestra película, a fin de que la trama adquiera matices mucho más sanos.

3. Un avance rápido hasta el Apocalipsis

A veces hacemos una montaña de un grano de arena y nuestra mente lucha innecesariamente contra eventos que no son ni remotamente probables. Me refiero a cosas tales como: «este dolor de garganta no es normal, seguro que es cáncer» o «seguro que mi tarjeta de crédito perdida ha terminado en manos de un miembro de Al-Qaeda que va a hacer que mi cuenta de ahorros desaparezca».

La negatividad solo genera más negatividad, por lo que debemos evitar caer en ella.

4. Expectativas poco realistas

Por más que nos empeñemos, nuestros familiares y amigos no pueden leer nuestra mente ni anticiparse a nuestros caprichos.

A veces, esperamos cosas poco realistas de los demás que nos generan una profunda infelicidad. Reduce al mínimo tus expectativas y maximiza tu alegría.

5. Esperando una señal

Todos conocemos a esa típica persona que no toma una decisión hasta que encuentra una «señal», ya sea proveniente de alguna divinidad o porque cree profusamente en el destino de las cosas. Sin embargo, esta parálisis que nos «impide» actuar y adoptar decisiones ante los hechos, puede hacer que esta perdamos el tren en más de una ocasión y que no tengamos forma alguna de volver a subirnos a él.

6. No nos gusta asumir riesgos

Dos palabras: vive audazmente. Es cierto que en ocasiones se puede perder cuando se arriesga, pero al menos no nos quedará esa sensación de no haberlo intentado.

7. Comparar nuestras vidas constantemente con la de los demás

Algo que solemos hacer constantemente y sin darnos apenas cuenta. «Ellos se lo están pasando mejor que nosotros», «Mónica tiene un coche más grande», «Pilar siempre tiene más suerte», «Antonio tiene más dinero» o «Pedro es más guapo».

Cuando se os pase por la cabeza alguno de estos pensamientos, recordad siempre la frase de Teddy Roosevelt: «La comparación es el ladrón de la alegría».

8. Dejar que otras personas nos roben

Si tuviéramos un millón de euros bajo nuestro colchón, tendríamos que estar regularmente comprobando que está seguro. Pues una posesión mucho más importante que el dinero es el tiempo. Sin embargo, no hacemos nada para protegerlo. De hecho, muchas veces se lo regalamos gustosamente a los ladrones. Intentad tratar a ese tiempo como si fuera el millón de euros debajo del colchón, guardadlo cerca y compartidlo solo con aquellos que lo merecen.

9. Asumir las pérdidas

A veces, nos cuesta mucho trabajo liberarnos de ciertos obstáculos y adoptar una mentalidad positiva.

¿Es necesario perdonar a alguien?, ¿es necesario dar la espalda a una relación fallida?, ¿es necesario llegar a un acuerdo interno con la muerte de un ser querido?

La vida está llena de pérdidas. Pero, en cierto sentido, la verdadera felicidad no sería posible sin ellas, ya que nos ayudan a saborear las cosas que realmente importan y nos ayudan a crecer.

Lo único que hay que intentar es «asumir» esas pérdidas con tiempo y con esfuerzo, apoyándonos en la gente más cercana para que nos ayuden a avanza y a ver las cosas desde otra perspectiva.

10. No des la espalda

Una de las formas de hacer frente a las pérdidas es haciendo el bien, ayudando a otras personas en labores de voluntariado y, en definitiva, involucrándose en la vida.

Ni siquiera debe ser una labor muy grande. A veces, simplemente con una palabra amable basta, animar a un amigo, visitar a alguien que está solo. Procurad alejaros de vuestro ensimismamiento.

Vía: thoughtcatalog Traducción y adaptación Lavozdelmuro.net

PUBLICIDAD
Otros artículos de esta categoría...