A medida que envejecemos, nos enfrentamos a problemas que de jóvenes ni siquiera tanteábamos, sobre todo en cuestiones de salud.
Una de las condiciones más espantosas a las que se enfrenta la gente de avanzada edad es la demencia, aunque no es algo que afecte exclusivamente a los ancianos; la demencia de inicio temprano puede hacer acto de presencia en nuestras vidas mucho antes de lo que cabría esperar.
En estos casos, los primeros síntomas de esta terrible enfermedad pueden ser difíciles de detectar, por lo que es de vital importancia estar informados sobre el tema y, si sospecháis que podríais estar experimentando uno o varios de estos síntomas, lo mejor es consultar a un médico especialista lo antes posible.
¿Qué es la demencia?
Según MedlinePlus, la demencia «es una pérdida de la función cerebral que ocurre a causa de ciertas enfermedades. Afecta la memoria, el pensamiento, el lenguaje, el juicio y el comportamiento«.
Aunque es raro que aparezca antes de los 60 años, lo cierto es que la demencia puede aparecer de forma temprana. El riesgo de padecerla aumenta a medida que envejecemos siendo, en la mayoría de los casos, irreversible (degenerativa).
Algunos de los tipos de demencia más comunes son el Alzheimer, la demencia vascular -causada por accidentes cerebrovasculares- y demencia de los cuerpos de Lewy.
Pero primero echemos un vistazo a los primeros síntomas que alguien con demencia empieza a experimentar en su día a día:
Pérdida de memoria a corto plazo
Por ejemplo, dificultad para recordar dónde hemos puesto algo, o incluso conversaciones recientes.
Problemas para encontrar las palabras adecuadas
Aquí podríamos incluir la dificultad para encontrar el nombre de objetos familiares, así como palabras que antes conocíamos y que no recordamos. Esto se hace frustrante a la hora de mantener una conversación o cuando intentamos explicar algo a alguien.
Cambios de humor
El cambio de humor repentino también podría ser un síntoma de demencia, producido sin motivo aparente o por una mínima mención sobre algo que nos desagrada.
Letargo
La depresión también puede ser un signo de demencia, y con ella viene el letargo, sentirse cansado, lento y sin ninguna motivación o pérdida del interés hacia cosas de las que antes se disfrutaba.
Dificultad para concentrarse
Realizar tareas mentales que antes parecían sencillas, mantener conversaciones u organizar nuestros propios pensamientos pueden ser acciones increíblemente dificultosas con la aparición de una demencia temprana.
Dificultad con las tareas rutinarias
Para alguien que está empezando a padecer demencia, las tareas comunes de su vida diaria que requieren poca atención pueden volverse obstáculos insuperables; algo tan simple como sacar la basura puede resultar confuso.
Problemas en la percepción del tiempo
También puede experimentarse una pérdida de la percepción del tiempo. Esto, por ejemplo, puede hacer que lleguemos tarde a una cita o que mezclemos acontecimientos dispares, temporalmente hablando.
No recordar dónde nos encontramos
Sentirse desorientando en lugares que hasta el momento habían sido familiares o, de repente, notar que no se tiene ni la más remota idea de dónde te encuentras.
Dificultad en la elección de palabras al escribir
Del mismo modo que podemos sentir dificultad a la hora de escoger palabras en una conversación, también puede ocurrirnos cuando tenemos que redactar un escrito.
Repetición
Debido a la lucha constante para concentrarse y recordar conversaciones, las personas con demencia tienden a repetir las mismas cosas con frecuencia. Este es un síntoma que percibirán enseguida nuestros familiares y amigos.
Miedo al cambio
Una de las peores cosas de la demencia es que los pacientes empezarán a notar su propio deterioro mental. El temor hacia las cosas nuevas muchas veces es producido por la falta de memoria. Darse cuenta de que no entendemos algo que antes conocíamos es uno de los aspectos más aterradores de la demencia.
Dificultad para seguir tramas o argumentos
Al igual que ocurre con las conversaciones, el argumento de una película o un libro pueden llegar a ser cada vez más difíciles, hasta llegar a altos niveles de frustración.
Las personas que luchan día a día contra la demencia, a menudo se sienten perdidas y solas. Por ello es vital difundir el conocimiento de sus síntomas, para ponerse en manos de un especialista lo antes posible. Para obtener más información sobre la demencia, el Alzheimer y cómo contribuir a su investigación, podéis visitar la página alz.org
Vía: boredomtherapy, traducción y adaptación por La Voz del Muro.
Fuente: medlineplus