13 hilarantes respuestas de niños a sus abuelos que van a hacerte reír de verdad

Publicado 16 noviembre, 2015 por Alberto Díaz - Pinto
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Siempre diré, y con este artículo me reafirmo aún más, que los niños jamás dejarán de sorprendernos. Durante sus años de aprendizaje, es inevitable que esas pequeñas cabecitas se inunden de preguntas. Me refiero a todas aquellas cuestiones que, en la medida de lo posible, intentamos resolverles para que vayan entendiendo y razonando las cosas, hasta que se conviertan en adultos y comiencen a enseñarnos ellos a nosotros.

Sin embargo, algunas de esas preguntas, contestaciones y razonamientos a veces nos dejan patidifusos, sin saber qué contestar y completamente fuera de juego. Algunos de los resultados pueden llegar a ser tremendamente hilarantes y adorables, como estas anécdotas compartidas por un grupo de abuelos con unos nietos muy, pero que muy perspicaces:

1. Estaba en el baño maquillándome bajo la atenta mirada de mi joven nieta, como había hecho muchas veces antes. Después de ponerme un poco de lápiz labial y disponerme a salir del baño, la pequeña me dijo: «Pero abuela, se te ha olvidado decirle adios al váter». Probablemente nunca volveré a ponerme lápiz de labios sin decir «adiós» al váter.
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2. Mi nieto llamó el otro día para desearme un feliz cumpleaños. Me preguntó que cuántos años hacía. «Sesenta y dos», le dije.
Después de un breve silencio, me preguntó: «¿Y comenzaste desde el número 1?»
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3. Después de acostar a sus nietos, una abuela se puso unos pantalones viejos, una camiseta holgada y se fue a lavarse el pelo. Al poco rato empezó a escuchar un ruido cada vez más estrepitoso que procedía de la habitación de los niños, y que le estaba haciendo perder considerablemente la paciencia. De este modo, tiró la toalla que estaba recubriendo su pelo e irrumpió en la habitación para decirles que se acostaran, esta vez con severas advertencias. Al salir, la abuela escuchó cómo su nieto pequeño, con una voz temblorosa, le preguntaba al mayor: «¿quién era ese?».

4. Una abuela estaba contándole a su nieta pequeña cómo había sido su infancia: «Solíamos patinar al aire libre en un estanque que tenía un columpio hecho con un neumático, que colgaba de un árbol que había en nuestro patio delantero. Después nos montábamos en el poni e íbamos a buscar frambuesas silvestres al bosque». La niña, que la miraba con los ojos como platos, finalmente atinó a decir: «ahora sé que me hubiera encantado conocerte mucho antes».
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5. Mi nieto estaba un día de visita cuando me preguntó: «Abuela, ¿sabes por qué Dios y tú os parecéis?». Dejé pasar unos segundos esperando la respuesta más absurda y le dije: «¿Por qué nos parecemos?». «Porque los dos tenéis la misma edad», respondió.

6. Una niña estaba sentada frente al ordenador de su abuelo, golpeado el teclado diligentemente. Cuando el abuelo le preguntó qué era lo que hacía, esta le contó que estaba escribiendo una historia. «¿Sobre qué trata?», preguntó el abuelo. «No lo sé», respondió ella. «No sé leer».
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7. Cuando me enteré de que mi nieta había aprendido los colores, decidí ponerla a prueba, así que empecé a señalar cosas y ella y me iba diciendo correctamente de qué colores eran. Me parecía tan divertido que estuve un buen rato preguntándole, hasta que ella se dirigió hacia la puerta y me dijo: «abuela, creo que deberías tratar de aprender algunos colores por ti misma».

8. Cuando mi nieto Billy y yo estábamos entrando en nuestra cabaña, mantuvimos las luces apagadas hasta que cerramos la puerta, a fin de mantener alejados a los insectos. Aún así, unas luciérnagas nos siguieron. Entonces Billy susurró: «No sirve de nada abuelo, ahora los mosquitos ya vienen con linternas».
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9. Cuando mi nieto me preguntó que cuántos años tenía le dije que no estaba muy seguro, a lo que él contestó: «mira en tu ropa interior abuelo», aconsejó, «la mía dice que tengo de 4 a 6 años».

10. «¿Dónde vive tu abuela?, le preguntaron a un niño de 6 años. «Vive en el aeropuerto. Cuando queremos verla solo tenemos que ir allí a buscarla y, cuando la visita ha terminado, la llevamos de vuelta al aeropuerto».

12. Mis abuelos son muy divertidos. Cuando se agachan, se oye un pedo y le echan la culpa al perro.

13. ¡Mi abuelo es el hombre más listo del mundo!. Me enseña cosas buenas, pero no voy a verle lo suficiente como para ser tan listo como él.

Fuente: wimp

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