14 tratamientos que usaron los médicos para «curar» hasta hace poco

Publicado 18 julio, 2016 por admin
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Algún día echaremos la vista atrás y percibiremos la homeopatía y otros tratamientos científicos como rídiculos. Preceptos erróneos e ineficaces o simples farsas para engañar ingenuos, tal y como fueron estos 14 antiguos y terroríficos tratamientos médicos.

La sangría

Practicada ya en tiempos de los antiguos egipcios y hasta mitad del siglo XIX, la sangría fue uno de los tratamientos más populares e ineficaces de la historia. Durante mucho tiempo, los doctores y especialistas creyeron que las enfermedades eran provocadas por un desequilibrio en los fluidos corporales, de tal forma que extrayendo una gran cantidad de sangre -que se creía contaminada-, el cuerpo la repondría nueva y sana, restaurando el equilibrio y curando al paciente.

Nada más lejos de la realidad. Al extraer la sangre de un paciente enfermo el sistema inmunitario se deprimía, los nutrientes escapaban y el cuerpo humano se veía obligado a fabricar más sangre cuando más débil estaba. El resultado solía ser la muerte de la gran mayoría de pacientes.

La trepanación

Trepanación – Luciana Christante

Aunque fue muy popular durante la época medieval, los primeros indicios de esta brutal práctica datan del neolítico. La trepanación fue utilizada por médicos y profesionales religiosos hasta el siglo XIX, como método para tratar la psicosis, la locura, la histeria y los ataques violentos.

La práctica consistía en agujerear y lesionar el cerebro del paciente con un taladro, casi siempre sin anestesia. Efectivamente los episodios violentos e incontrolables cesaban, pero porque la lesión cerebral les convertía en una especie de zombis sin voluntad, pensamiento, ni carácter.

Los médicos de hoy en día aún utilizan la trepanación en determinados casos, pero solo para aliviar la presión intracraneal en caso de hemorragia. Nunca con ánimo de lesionar el razocinio del paciente.

La cocaína

Tras ser descubierta, la cocaína se convirtió en el fármaco de moda a partir de 1860, especialmente para el tratamiento del dolor, gracias a su efecto anestésico.

Sin embargo, la cocaína también fue prescrita para tratar el alcoholismo, la depresión, la obesidad, la fiebre del heno y otras enfermedades. También estaba indicada para los niños y Freud, por ejemplo, solía prescribirla como si fueran caramelos. No fue hasta principios de 1900, cuando los efectos negativos de esta droga se hicieron tan evidentes que decidió prohibirse.

La hemiglosectomía

remedio antiguo
Habitualmente practicada sin anestesia ni buenas condiciones de higiene, la hemiglosectomía fue un tratamiento popular durante la Edad Media. Por aquel entonces se creía que la amputación de la mitad o parte de la lengua era un tratamiento eficaz para tratar la tartamudez y otros desórdenes del habla.

Como imaginaréis era peor el remedio que la enfermedad, pues los pacientes no mejoraban su lenguaje, sino que a menudo perdían la vida por infección. Hoy en día, la hemiglosectomía solo se utiliza para amputar la lengua en caso de cáncer de boca y otras enfermedades orales graves.

Orinoterapia

La antigua medicina popular india creía que la orina era una especie de oro líquido, un néctar creado por el cuerpo humano capaz de fortalecer la salud y curar todo tipo de dolencias menores. Sin embargo, la orina es un desecho corporal igual que lo son las heces, y su consumo en grandes cantidades es nocivo.

A pesar de ello, la orinoterapia fue popular hasta el siglo XIX y aún hoy se practica en ciertos círculos. La medicina moderna considera la orina un desecho útil en situaciones de extrema necesidad, como la muerte por deshidratación o para el tratamientos de picadura de medusa, ante la falta de vinagre o fármacos especializados.

Cloroformo

curas antiguas 11

Wellcome Library 1 y 2

El cloroformo no fue en sí un mal remedio, aunque sí tuvo muchas contraindicaciones y efectos secundarios, entre los que se encontraban la muerte del paciente. Sin embargo, y hasta 1831, las operaciones de cirugía debían realizarse con el paciente despierto por lo que, cuando se descubrió, todo el mundo se entregó con los brazos abiertos.

Al contrario de lo que Hollywood nos ha hecho creer, para dormir a alguien con cloroformo se necesita una dosis constante y continua o, de lo contrario, el anestesiado despertará irremediablemente. Se dejó de utilizar en 1950, cuando fue sustituido por anestésicos más seguros como el gas nitroso.

Tratamientos eméticos

Pensando que las enfermedades eran en realidad provocadas los desechos de sistema excretor, los médicos prescribían el uso de fármacos tóxicos, con el objetivo de provocar el vómito del paciente y así vaciar todo el tracto digestivo.

Este tipo de tratamientos se usaron contra el dolor de cabeza, la fiebre y otras enfermedades hasta principio del siglo XX, cuando se constató de que a menudo los enfermos empeoraban al verse privados de nutrientes. 

Sanguijuelas

Las sanguijuelas fueron solo otro método alternativo para seguir practicando la sangría. Era más cómodo y limpio que realizar el sangrado desde el brazo del paciente, y aunque eran igualmente ineficaces, permitían que los médicos fueran aún más creativos en su aplicación.

Así, se colocaban sanguijuelas en brazos, piernas y cara, o en sitios más privados como el pene, senos y vagina. Aún más sorprendente era que algunos podían atar una especie de correa a la sanguijuela, para introducirla en el interior de la vagina o el ano.

La lobotomía frontal

En la línea de la trepanación, la lobotomía frontal se hizo popular entre 1940 y 1950 como tratamiento de diversos desórdenes mentales, tales como la esquizofrenia, psicosis o TOC.

La operación consistía en cortar o raspar la corteza prefrontal del cerebro para tranquilizar al paciente y hacerlo más dócil. Pronto el mundo se dio cuenta de que, en realidad, se les lastimaba convirtiéndolos en seres dependientes de atención y cuidado. Por ello, fue eliminada como tratamiento médico a partir de 1960.

Jarabes narcóticos

¿Su hijo es inquieto? ¿tiene problemas para dormir? ¿le duelen los dientes? No hay problema, una cuchara de jarabe narcótico y su hijo dormirá como un bebé.

Algo así debía ser la publicidad por aquellos tiempos, y ¡vaya si era eficaz! Los jarabes contenían morfina, codeína, cannabis, cloroformo, metanfetamina y alcohol. Como para no dormir…

Lamentablemente, desde que comenzaron a comercializarse en 1800 hasta 1930, estos jarabes fueron responsables de cientos de muertes de bebés por sobredosis.

Heroína

En 1898, los laboratorios Bayer comenzaron a comercializar la heroína como supresor de la tos y otras enfermedades respiratorias como la tosferina. Incluso fue diagnosticada para tratar a todos aquellos pacientes que habían terminado enganchándose al consumo de cocaína.

En pocos años el número de adictos creció como nunca antes lo había hecho en la historia, siendo la heroína la reina de todas las sustancias ilegales. En 1930 fue completamente prohibida, pero aún hoy lidera el ranking de adicciones.

Mercurio líquido

El mercurio ha sido utilizado en diferentes momentos de la historia como tratamiento para diversas afecciones. Así, en la antigua Grecia y la China milenaria lo emplearon para tratar afecciones de la piel. Desde el siglo XV y hasta finales del XIX, se empleó para tratar las heridas producidas por la sífilis.

A principios de 1920, el mercurio comenzó a venderse de nuevo en farmacias como solución para el dolor de muelas o la depresión. Su uso finalizó en 1950, cuando la penicilina se reveló como mejor tratamiento para la sífilis, y comenzó a darse credibilidad a sus efectos tóxicos. Sin embargo, el mercurio fue responsable de miles de muertes por envenenamiento a lo largo de más 2000 años.

El arsénico

El arsénico es un potente veneno que, no obstante, se utilizó como remedio médico desde la antigua China, hasta el siglo XX. La idea era que, dosificado en en pequeñas cantidades era útil para tratar la sífilis, las infecciones y algunos tipos de cancer. El problema es que era muy fácil superar la dosis y acabar muriendo de forma rápida y agónica.

El cinturón eléctrico

A pesar de que la electroterapia es efectiva para ciertos tratamientos, también ha sido ampliamente utilizada por todo tipo de charlatanes para apropiarse del dinero de personas desesperadas e ingenuas.

Así, en 1850, nacía el cinturón eléctrico, una banda que a través de descargas eléctricas estimulaba la digestión y fortalecía el abdomen favoreciendo la pérdida de peso. ¿Os suena? Efectivamente, aunque fue eliminada como tratamiento médico en 1950, aún hoy se comercializan aparatos parecidos en la teletienda. Todos ellos, al igual que este, sin efecto alguno.

Por cierto, ¿os habéis fijado en esa pequeña soga que cuelga de la parte central del cinturón? Pues bien, es para el pene. Y es que este aparato también prometía curar la disfunción eréctil, dándote calambrazos en tus partes pudendas.

Fuente: Buzzfeed

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