Cada objeto o costumbre que ha creado el hombre tiene un origen, fue inventado por alguien o responde a una serie de circunstancias.
Tal vez fue la brillante idea de un ingenioso inventor, los caprichos de un monarca o simplemente la suerte, pero muchos de los objetos cotidianos que usas son producto de un largo camino de descubrimientos y anécdotas.
Descubre el origen y las historias de 20 productos, inventos y costumbres variadas.
El abrelatas.
En 1809 el maestro confitero francés Nicolas Apert ideó un nuevo método para conservar los alimentos calentando la comida en tarros de cristal que luego eran cerrados herméticamente.
Debido a la fragilidad del cristal los tarros de conserva no podían ser transportados con facilidad en viajes y travesías, por lo que el inglés Peter Durand ideó sustituirlo por la hojalata.
Sin embargo las latas antiguas era muy gruesas y los soldados y exploradores debían abrirlas usando la bayoneta de su fusil o martillos, cuchillos o punzones.
No fue hasta 1850 que las latas de conserva comenzaron a fabricarse con hojalata ligera, a pesar de ello tuvieron que transcurrir 8 largos años y más de un accidente doméstico hasta que el americano Ezra Warner patentara el primer artilugio abre latas, una pequeña cuchilla con forma de bayoneta que encajaba en el borde de la lata y que gracias a un efecto de palanca iba rajando el recipiente.
Veinte años más tarde, en 1878, el norteamericano William inventó un abridor provisto de una pequeña rueda metálica giratoria, que actuaba a modo de cuchilla.
La cuchilla de afeitar.
Aunque los arqueólogos e historiadores han encontrado pruebas de que la humanidad ya se afeitaba hace 20.000 años, no fue hasta la edad de bronce que se realizaron las primeras navajas de afeitado.
La familia real egipcia y sus trabajadores y dignatarios, así como los griegos se afeitaban regularmente. Los romanos no tenían problema con la barba pero preferían afeitarse en el campo de batalla, pues una barba poblada podía resultar problemática en los combates.
Las ambulancias.
En 1792, el cirujano francés Dominique Jean Larrey, observando que sus pacientes fallecían durante el traslado de casa al hospital, ideó los primeros vehículos ambulancias, que no era más que un coche de caballos adaptado con un camastro en el que el paciente podía viajar completamente recostado.
Más tarde, coincidiendo con la aparición de los primeros vehículos de motor, las ambulancias ganaron comodidad y velocidad, además de cambiar el negro por el color blanco para mejorar su visibilidad.
Los anillos de boda.
Si pensabas que el anillo de casado es una costumbre cristiana estás equivocado, ya que se sabe que su uso comenzó en el antiguo Egipto.
Otras civilizaciones también practicaban este rito, como los romanos que entregaban a su pareja el annulus sponsalitius, un anillo fabricado en hierro, el material más duradero que poseían y que simbolizaba la unión permanente.
A partir del siglo V el intercambio de anillos comenzó a practicarse entre visigodos y lombardos, quedando en el siglo IX extendida esta costumbre en toda la cristiandad.
El árbol de Navidad.
En la primera mitad del siglo VIII, el misionero británico San Bonifacio decidió talar un gigantesco roble frente a unos druidas alemanes durante la celebración de un sermón en el día de Navidad.
Su intención era convencerles de que el roble no era un árbol sagrado ni inviolable, pero en su prueba terminó creando otro. Cuando el gigantesco roble cayó al suelo, bajó rodando por la ladera destrozando todos los arbustos a su paso.
El único árbol que consiguió salvarse fue un pequeño abeto, lo que San Bonifacio decidió interpretar como milagro. De este modo lo bautizó como «el árbol del Niño Dios» y desde entonces los cristianos incluyeron este árbol en sus celebraciones de Navidades. No fue hasta el siglo XVI que comenzaron a se decorarse.
Los apellidos.
El apellido es el nombre antroponímico de la familia que se utiliza para poder asociar e identificar el parentesco de varios miembros. Lo que muchos no saben es su triple clasificación en función de la naturaleza del apellido.
Los primeros apellidos de origen patronímico son una declinación del nombre propio del padre, formado por el sufijo -ez. Así pues Sánchez: hijo de Sancho, Rodríguez: hijo de Rodrigo; Fernández: hijo de Fernando, Pérez: hijo de Pedro.
El segundo grupo esta formado por los apellido toponímicos, es decir aquellos que indican la procedencia o lugar de residencia de la familia, como por ejemplo Murcia, Montes, Valle, España…
El tercer y ultimo grupo está formado por los apellidos derivados de los motes y sobrenombres basados en las circunstancias físicas y morales del individuo (Feo, Valiente, Moreno, Bueno… o su oficio (Zapatero, Tejedor, Carpintero…). Estos apellidos comenzaron a heredarse como los otros a partir del siglo XIII.
Lanzar arroz en las bodas.
El rito del arroz es, como no podía ser de otro modo, una costumbre oriental que manifiesta un deseo de prosperidad y fertilidad para la pareja recién casada.
Según dice el precepto chino: «Qué tengáis tanta prosperidad como para poder repartir arroz en todos los días de vuestra vida. Que os sobre para poder dar a los que no tienen. Que poseáis tanto arroz como para poder tener un gran número de hijos».
El bikini.
Superado el pudor extremo que la sociedad victoriana parecía manifestar con sus extrañas máquinas de baño, el ingeniero Louis Réard inventa en 1946 el traje de baño femenino de dos piezas.
En un ingenioso ardid de marketing Louis decidió llamarlo Bikini, el mismo nombre que tenía el atolón del Pacífico donde acababa de hacer explosión la primera bomba de plutonio y que estaba en boca de todos.
El bolígrafo.
Era el 30 de octubre de 1888 cuando John H. Loud obtenía la primera patente de la historia de un bolígrafo, un modelo bastante tosco que sólo podía utilizarse en superficies de cierta aspereza como el cartón.
Varias décadas más tarde, en 1944, el húngaro Laszlo Biro modernizó el diseño para hacerlo más funcional, como bien pudieron confirmar los soldados ingleses y norteamericanos durante la Segunda Guerra Mundial.
El nuevo biro resultó de gran utilidad ya que, a diferencia de las estilográficas, no perdía tinta durante los vuelos aéreos por culpa de los cambios de presión y podía ser utilizado incluso sobre papel mojado.
La botella de vidrio.
Fueron los egipcios los que crearon lo que podríamos llamar las primeras botellas de vidrio. Para ello realizaban un molde de arcilla con la forma deseada que se cubría de una mezcla de adhesivos y vidrio pulverizado.
A continuación se sumergía en un baño de vidrio fundido en un horno y se dejaba enfriar para pulir más tarde su superficie. El resultado era una botella semi translucida y con muchas imperfecciones, pero más delicada y exquisita que la arcilla. No fue hasta el año 200 a. de C. que comenzó a trabajarse el vidrio soplado.
El café.
Muchas son las leyendas sobre el origen esta curiosa bebida que resulta más o menos efectiva según la hora a la que sea consumida. La tradición turca nos dice que la primera taza de café la ofreció el arcángel San Gabriel a Mahoma, fatigado por sus piadosas vigilias.
En la Edad Moderna el café cruzó el Atlántico y comenzó a ser cultivado en América, lugar que ha ligado su historia al cultivo de esta planta.
Los meses del año.
Viajamos hasta la antigua Roma donde su segundo monarca, Pompilio (715-672 a. de C.) incorporó al primitivo calendario romano, que sólo tenía 10 meses, dos meses nuevos, enero y febrero.
Hasta ese momento los años comenzaban en marzo, y los septiembre, octubre, noviembre y diciembre correspondían, como bien indican sus raíces latinas, a los meses séptimo, octavo, noveno y décimo.
Introducidos los nuevos meses no se produjo cambio alguno en su orden hasta que Julio César estableciera que el año comenzase el día 1 de enero, día en que los funcionarios del emperador tomaban su cargo.
Las cerillas.
Generalmente los inventos suelen mejorar las cosas, pero en este caso las cerillas sólo se convirtieron en más peligrosas.
El primer fósforo sólo podía encenderse contra un papel de lija, una cualidad que limitaba su uso si no poseías una superficie áspera a mano.
Así pues cuando se descubrió que mezclando azufre con sustancias que desprendieran oxígeno (salitre o minio) y añadiendo una pequeña cantidad de fósforo blanco (tóxico), era posible el encender los fósforos fácilmente sobre cualquier superficie, el nuevo formato se vendió masivamente. Sin embargo los problemas no tardaron en llegar.
Resulta que su facilidad para prender las convertía en un peligro en potencia, ya que se podían encender con cualquier pequeño roce, incluso cuando se llevaban sueltas en el bolsillo. Esto hizo que los fabricantes volvieran a producir la primera versión, menos efectiva pero más segura.
No fue hasta 1885 que J.E Lundström patentó las cerillas de seguridad que por fin sustituyeron a los antiguos fósforos. La solución fue sencilla, volver a separar los componentes, colocando el fósforo rojo (no tóxico) en la lija y realizando la cabeza de la cerilla con clorato potásico.
La cerveza.
Según muestran las numerosas calderas, cubas de maceración y barriles de almacenaje que han sido encontrados en diferentes yacimientos, los sumerios fueron la primera civilización en disfrutar y producir esta bebida alcohólica en el 7.000 a.C. aproximadamente.
Aunque la cerveza sumeria se hacía exclusivamente con trigo y erner, un cereal de tipo primario, en en el 4.000 a.C. los babilonios ya disponían de veinte clases distintas de cervezas, siendo la variedad negra, elaborada con cebada, una de las más populares.
El crucigrama.
El primer crucigrama fue publicado en el periódico norteamericano New York World, el 21 de diciembre de 1913. Su creador fue el periodista Arthur Wynne, encargado de confeccionar la sección de pasatiempos de la edición dominical.
Inspirándose en el cuadrado mágico -un sencillo juego de cruce de palabras muy popular en el siglo XIX-, Wynne ideó una versión más completa que se ha convertido en uno de los juegos de acertijos más famosos de todos los tiempos.
Cinturón de castidad.
Utilizado durante la Europa de la Edad Media, el cinturón de castidad fue un instrumento deplorable, responsable de infecciones y del sometimiento de la mujer. Sin embargo, la historia está llena de prácticas de control sexual mucho más crueles.
Por citar un par de ejemplos, en Sudán era habitual coser literalmente el órgano sexual de las esclavas con anillos de metal para evitar que pudieran quedar embarazadas. También destruir el placer sexual a través de la ablación de los labios y el clítoris, fue un método tristemente extendido.
La esvástica.
La historia comtemporanea ha hecho que la imagen de la esvástica quede para siempre ligada a la historia del partido nazi, sin embargo esta cruz gamada aparece en culturas y lugares muy diferentes, como Europa, la India, Centroamérica, Polinesia y África.
En las tres grandes religiones de la India, el budismo, el hinduismo y el jainismo, cumplía un papel simbólico muy definido: con las aspas orientadas en el sentido de las agujas del reloj (llamada «svástica» en sánscrito) significaba «buena suerte», mientras que al contrario expresaba muerte
La cuerda.
Hace más de 10.000 años que el hombre comenzó a trenzar fibras vegetales para construir cuerda y realizar tareas básicas. Sin embargo con la expansión arquitectónica del antiguo Egipcio las cuerdas necesitaban de una gran resistencia y comenzaron a añadirse correas de cuero o tallos fibrosos de papiro.
La industria del trenzado de cuerdas continuó haciendo uso de fibras vegetales y animales hasta 1950, cuando comenzaron a realizarse con nylon, un material mucho más resistente.
Por comparar, una cuerda de cáñamo de 1,5 centímetros de diámetro soporta una tensión de de unos 1.100 kg., mientras que la de nylon resiste una tensión de hasta 2.500kg.
El champagne.
Los primeros productores de vino de Champagne ya realizaban esta bebida espirituosa en los siglos III y V d.C como consecuencia de la expansión hacia el norte de los griegos y romanos. Sin embargo esta primera producción era un simple vino tinto bastante apreciado por su sabor.
No fue hasta el siglo XVII que Dom Perignon, procurador de la abadía benedictina de Hautvilliers, mejoró su calidad e ideó un tipo de fermentación que condujo al conocido vino espumoso.
Fuente: Taringa.net
