¿Os hábeis sentido alguna vez cómo si la suerte os hubiera abandonado? Seguro que si. Yo recuerdo que tuve una temporada en la que todo me salía mal, las cosas se me caían, tropezaba con todo y se me quemaba la comida.
Los ingleses creen que estos periodos de mala fortuna son provocados por pequeños duendecillos que se divierten gastándonos bromas y poniendo a prueba nuestra paciencia. Mi abuela, sin embargo decía que era por culpa del «mal de ojo», una especie de conjuro de mala suerte provocado por alguien que te tiene envidia.
Creas en duendes, en el karma o en la casualidad, seguro que habrás sufrido alguno de estos 21 pequeños accidentes e infortunios que nos sacan de quicio.
Cuanta más hambre tienes más probable es que te quedes sin cenar por culpa de un accidente.
Tropezar de camino a la mesa y que tu paquete de patatas fritas se caiga de la bandeja.
Comer pasta con tomate cerca de la cesta de la ropa limpia nunca fue una buena idea.
¿Cuántos golpes le habré dado a la maldita maquina expendedora de mi universidad? Siempre me robaba el almuerzo.
Las pizzas deben ser el objeto preferido del karma para ajustar cuentas.
Todo se pone en tu contra cuando quieres ahogar tus penas en helado.
Has gastado tu último euro en un delicioso muffin para merendar pero el destino quiere que conserves tu fantástica figura.
Malditos «abre fáciles» que nunca funcionan y se empeñan en complicarte la existencia.
Llega el momento de sacar la tarta de cumpleaños y… dejas a todos el mundo sin postre.
Está comprobado científicamente que cuanto más quema la sopa, más probabilidades existen de que la cucharilla caiga dentro.
Es mejor no pedir comida para llevar en bolsas de papel o puede que te quedes sin cenar.
Qué rabia me da cuando el queso se escapa de la porción de pizza y se lleva todos los ingredientes.
Las galletas gigantescas y los vasos muy pequeños no son buena combinación.
La horrible sensación de ver caer tu helado favorito en un caluroso día de verano.
Otra vez los fabricantes de «abre fácil» y su complot para sacarnos de nuestras casillas.
Toda la tarde preparando el relleno de las empanadas para que lo pierdan durante el horneado.
La pizza ha quedado exactamente como en la foto, ¿verdad?.
¿Quién fue el genio de marketing que diseño las latas de Pringles?
Olvida si esta bueno, lo importante es que salga bien en Instagram.
Es genial tener una foto del momento en que arruinaste la fiesta de tu hija de 16 años.
Le dijeron que comer en el parque sería muy divertido, pero parece que acabó siendo un desastre.
Los pequeños infortunios pueden ser grandes anécdotas, la próxima sonríe y rompe tu racha de mala suerte.
Fuente: Imgur.com
