El día de la boda es un momento muy importante para la mayoría de las personas. Una ocasión tan especial requiere de la contratación de personas cualificadas y uno de las más importantes es el fotógrafo.
Un buen profesional hace lo que sea por obtener la instantánea perfecta. Cualquier esfuerzo es poco, llegando incluso a poner en peligro su integridad física.
Hoy os traemos las imágenes de unos cuantos fotógrafos de bodas totalmente comprometidos con su trabajo. ¿Quién dijo que esta profesión no era arriesgada?
Si hay que meterse en un charco, un profesional se mete
Y si hay que tumbarse sobre él, también
No hay que tener miedo a las alturas
Ni a meterse «debajo de unas faldas»
El suelo es el límite
Los ayudantes de cámara están para todo lo que sea necesario
A veces, hacer las fotos puede ser divertido
El ángulo perfecto puede estar en cualquier parte
Incluso en lo alto de una palmera
Y si no hay palmera, en los hombros de alguien
Fotos y más fotos
Sin sufrimiento, no hay gloria
También hay que ser experto en manejar los elementos
La comodidad pasa a un segundo plano
Posturas imposibles en pequeños lagos
Todo fotógrafo lleva un pequeño escalador en su interior
Si los novios quieren que se les inmortalice mientras se bañan en una poza ¿quien es el fotógrafo para negarse?
«Decid patata»
Arriesgando siempre
¿No había otro lugar menos fangoso?
Algunas veces las vistas pueden ser… interesantes
Las imágenes tomadas en la costa suelen quedar muy bien, pero cuestan lo suyo
A veces, no sabemos si es un fotógrafo o Tarzán
Lo peor es cuando el suelo está sucio
Si se cae al agua ¿quién paga la cámara?
En medio de una acera cualquiera, ¿por qué no?
Fuente: Bored Panda, artículo por La Voz del Muro