8 cosas que sólo entienden las personas con ansiedad

Publicado 9 mayo, 2014 por MariaZ
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Los trastornos de ansiedad afectan a millones de millones de personas a lo largo de todo el mundo. Llevar una vida normal cuando se padece de ansiedad puede ser un poco más difícil de lo que la gente piensa. En ella aparecen constantemente los inexplicables miedos a determinados acontecimientos, el pensamiento de que puedes tener un ataque de pánico en cualquier momento y los síntomas físicos persistentes. Pero todo esto se complica mucho más cuando la gente de tu alrededor no entiende lo que está pasando.

Según Todd Farchione, psicóloga clínica del Centro para la ansiedad y otros desórdenes de la Universidad de Boston, hay ciertos estigmas que la sociedad ha creado para los que sufren de ansiedad, pero aún hay muchas más oportunidades para superarlos. A continuación encontraréis ocho cosas que la gente con ansiedad conocen de primera mano así como lo que pueden hacer para ayudar las personas que no la padezcan.

La molestia de que te digan «cálmate»

La última cosa que va a calmar a una persona con ansiedad es que le digan «cálmate» De hecho, puede empeorar la situación. Según Farchione, algunas investigaciones sugieren que tratar de calmarse a sí mismo durante un ataque de ansiedad puede aumentar la respuesta emocional original en el momento. Como resultado, tratando de no tener miedo, el paciente puede experimentar una reacción más intensa de lo que la tendría normalmente.

En lugar de alentar a alguien con ansiedad a que se calme, Farchione sugiere ofrecer un apoyo basado en mostrar comprensión. «Es una mala estrategia decirle a alguien que se calme, sobre todo porque no le estás indicando a la persona ansiosa cómo puede hacerlo», explica. «Si pudieran calmarse, se calmarían solos». Una mejor estrategia sería hacer preguntas como «¿Qué te está haciendo sentir de esta manera?» Al expresarlo y pensar en ello en ese momento, la persona con ansiedad puede tratar de racionalizarlo y afrontar el episodio.

Los ataques de pánico nunca son convenientes

Hoy es un día normal. Estás a punto de salir por la puerta cuando de repente, tu pecho se contrae. De repente una sensación de miedo te envuelve, es casi insoportable. Y no hay nada que puedas hacer para detenerlo.

Algunos ataques de pánico vienen de la nada, sin un aviso de advertencia, mientras que otros son inducidos por el miedo provocado por enfrentarse a una situación que saben que produce la ansiedad. Independientemente de cuando suceda (o de cómo la experiencia les afecta personalmente), nunca es agradable y raramente es conveniente. «Cuando alguien sufre de alguno de estos trastornos, se debilitan totalmente», explica Farchione . «En parte porque la gente reconoce que lo que están experimentando es irracional, pero su cuerpo ha aprendido a reaccionar de manera automática a esas reacciones de forma involuntaria. Puede ser aterrador».

Los síntomas físicos pueden aparecer de forma inesperada

La ansiedad no se limita a la mente, los síntomas físicos también pueden manifestarse con el trastorno. Un estudio realizado en Nueva Zelanda en 2007 con participantes con el tracto digestivo inflamado sugiere que hay una relación directa entre los trastornos de ansiedad y el desarrollo del síndrome de colon irritable. Los altos niveles de estrés comúnmente asociados con la ansiedad también pueden producir síntomas que van desde urticaria y erupciones cutáneas a mareos y sequedad de boca, así como dolores localizados en determinadas partes del cuerpo debidos a la tensión muscular, taquicardias, cefaleas, etc.

El miedo tiene un significado diferente

Cuando estás tratando con la ansiedad, los miedos son amplificados a un grado extremo, y es algo que no necesariamente desaparece. Subir a un avión o entrar en una habitación llena de extraños puede llegar a ser insoportable..

Como explicó el psiquiatra infantil Allison Baker, todos nos sentimos incómodos cuando nos enfrentamos a la incertidumbre. Sin embargo, aquellos que sufren de trastornos de ansiedad experimentan miedo en un nivel más profundo. «Todos experimentamos ansiedad de alguna manera, nos ayuda a prepararnos para hablar en público y nos motiva a practicar o ensayar; es esa sensación de miedo antes de un examen o previa a una entrevista de trabajo, que comunmente puede llegar a llamarse «nerviosimos». Un trastorno de ansiedad es cuando esas «mariposas» que revolotean por tu cuerpo en determinadas circunstancias, se convierten en una experiencia diaria crónica y multiplicada».

Con el fin de ayudar a una víctima a hacer frente a lo que le es aterrador, muchas personas intentan ayudar tratándo que la persona que padece de ansiedad evite aquellos desencadenantes específicos que se la produce. Sin embargo, Farchione advierte que esta empatía también puede reforzar los hábitos de temor. «Los seres queridos pueden llegar a ser sensibles a los temores de la víctima, como la preocupación excesiva de que su casa esté lo suficientemente limpia o que intente evitar situaciones con el fin de no causar problemas.» Eso no ayuda, ya que en realidad están atendiendo al miedo», dice Farchione. «Están diciendo al miedo que su conducta es válida y racional.» No hay que estar pendientes de que las personas que sufren ansiedad eviten los desencadenantes, si no de que los afronten normalmente poco a poco.

Estar ansioso es algo más que estar estresado

Cuando le dices a alguien que tienes ansiedad, en ocasiones su primera reacción será tratar de relacionarla con estrés, a pesar de que el estrés y la ansiedad pueden ser intrínsecamente diferentes.

Los estudios han demostrado que el estrés es una emoción contagiosa. El profesor de psiquiatría de la Universidad de Stanford Keith Humphreys dice «Cuando juntas a dos personas que comparten experiencias negativas, incluso si están en una terapia de apoyo, se están haciendo más daño que bien». «Es importante no obsesionarse con los demás, si los juntas pueden alimentarse mutuamente. Si tienen problemas para controlar su propia ansiedad, trate de no relacionarlos con gente que la padezca, al menos que esa persona sea positiva y le pueda aconsejar cómo afrontarla.

Es agotador obsesionarse con ello (y no ayuda).

Es un círculo tóxico: Sus pensamientos se convierten en sus preocupaciones y sus temores se convierten en sus pensamientos. Según un estudio publicado en la revista PLoS ONE, los investigadores descubrieron que obsesionarse constantemente con pensamientos negativos es uno de los mayores predictores de la depresión y la ansiedad, y la respuesta psicológica a los acontecimientos se acrecenta.

Farchione sugiere buscar ayuda si se sufre de ansiedad y se empieza a estar demasiado perdido en los pensamientos negativos. «Las personas con ansiedad creen que esas emociones son reales», explica.

Respetando las fobias de las personas

Farchione dice que mucha gente puede encontrar divertido desencadenar las fobias de las personas, como por ejemplo, mostrar una imagen de una araña a alguien con aracnofobia. Antes de hacer una broma hay que valorar que para esas personas esos miedos que puedes considerar etéreos, son muy reales. «Es mejor respetar las fobias de las personas. Enfrentarse a ellos puede ser la solución, pero no de esa manera.»

La incómoda sensación de que alguien te llegue con un frasco de pastillas

No debe haber nada asociado a la curación de los trastornos emocionales y mentales con la medicación. Los que estan utilizando medicamentos que ayuden a su ansiedad puede estar familiarizados con la incómoda sensación de tener que tomar sus píldoras. Tom Wootton dice en su blog en Psychology Today dice «Podemos tener miedo de muchas cosas, pero lo peor es el miedo a las cosas que no conocemos». «La combinación de miedo y desconocimiento es tan poderosa que muchas personas piensan que el miedo es otra forma de llamar a lo desconocido… Pero cuando entendemos el miedo y el papel que desempeña en nuestra condición, podemos usarlo como una herramienta en lugar de dejar que nos destruya» .

Farchione subraya que no hay un camino universal para luchar contra la ansiedad. Explica que hay varios métodos de tratamiento, se trata de encontrar lo que funciona para cada persona.» «Hay muchas maneras de obtener ayuda y hay más de una opción disponible,» dice. «Pueden superar esto. No hay razón para que la gente sufra la ansiedad de la forma en que la sufren».

Fuente Huffington Post traducido por La voz del muro
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