8 mini monumentos escondidos en las ciudades que no verás si no te lo dicen

Publicado 10 enero, 2017 por Alberto Díaz - Pinto
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A todos los que nos gusta hacer turismo, siempre nos fijamos en cada pequeño detalle de los lugares que visitamos. Las grandes ciudades, plagadas de museos, palacios y enormes monumentos, a veces esconden pequeños tesoros tan apasionantes, o quizás más aún por el encanto que desprenden, que merece la pena visitar.

Después de ver las esculturas públicas más curiosas y creativas a lo largo del mundo, así como las miniaturas de algunos artistas, hoy descubriremos que las estatuas pequeñas no tienen nada que envidarle a las grandes:

El monumento a la rana viajera, Tomsk, Rusia

Esta rana es el monumento púbico más pequeño del mundo. Fabricada en bronce, la rana se asienta sobre una roca pulida y mide 44 ml de altura. Fue creada en 2013 por el artista Oleg Kislitsky y está dedicada a los viajeros, inspirada en la historia de la rana viajera tan conocida en Rusia, escrita por el autor Vsevolod Garshin.

Estatua de Chizhik-Pyzhik, San Petersburgo, Rusia

Antes de la escultura de la rana viajera, el título a la ciudad con el monumento más pequeño correspondía a San Petersburgo, Rusia. Se trata de una estatua de bronce de 11 cm que representa a un ave, conocida por los locales como Chizhik-Pyzhik -basada en una canción popular rusa-. La figura se encuentra en una repisa a orillas del río Fontanka. 

Empequeñecida por las grandes estatuas de la ciudad, este ave suele pasar inadvertida para los turistas inmerecidamente. La tradición local dice que quien es capaz de hacer que una moneda aterrice en la cornisa si caer al agua, gozará de buena suerte. Irónicamente la estatua no ha tenido la misma suerte, ya que ha sido robada por lo menos en tres ocasiones.

El Järnpojke o El chico de hierro, Estocolmo, Suecia

Con 15 centímetros de altura, El chico de hierro es tal vez la estatua más pequeña quitando a las rusas anteriores. Está situada en el patio de una iglesia finlandesa en Estocolmo, Suecia.

La figura fue creada por el artista sueco Liss Eriksson en 1967, y en realidad simboliza a un niño pequeño mirando a la Luna, aunque la gente simplemente lo conoce como Järnpojke.

Muchos son los que hacen ingeniosos «regalos», a modo de ofrenda, a la escultura. Así pues, normalmente podemos verle luciendo gorros y bufandas de todos los tipos y colores. Los visitantes también dejan monedas y comida sobre el banco en el está sentado el niño.

Ratones luchando por un trozo de queso, Londres, Reino Unido

Otro monumento, el más pequeño de Londres, son estos adorables ratones luchando por una pieza de queso. Está situado en lo alto de una cornisa en un edificio en la esquina de Philpot Lane, en Eastcheap.

La fecha de construcción de la estatua fue 1862. La historia cuenta que dos trabajadores de la construcción discutieron cuando uno acusó al otro de haberle robado su almuerzo. La pelea terminó con la trágica caída desde lo alto de un andamio y con la muerte de los trabajadores. Más tarde se descubrió que dos ratones habían sido los culpables, por lo que los trabajadores restantes de aquella obra fabricaron esta escultura en recuerdo a sus compañeros.

El ratón mágico de Klaipeda, Lituania

Este encantador ratón solo mide 17 cm. Cuenta la leyenda que si se le susurra un secreto al oído puede hacer que se cumpla, por lo que si visitáis esta preciosa ciudad lituana, no olvidéis confiarle vuestros sueños más secretos.

Los enanos de Wroclaw, Polonia

Una de las atracciones turísticas de Wroclaw, Polonia, es buscar a los pequeños residentes del casco histórico. Aunque están por todas partes, no resultan fáciles de encontrar debido a su pequeño tamaño. Su búsqueda se convierte en un pasatiempo muy divertido, pues cada gnomo tiene su propio oficio e historia. Con el paso de los años, fueron instalando más gnomos en diferentes puntos de la localidad, adquiriendo un gran atractivo turístico. De hecho existe una ruta diseñada solo para verlos, así que si vas a Wroclaw no te los pierdas.

La liebre de la suerte de San Petersburgo, Rusia

La fortaleza de Pedro y Pablo de San Petersburgo, Rusia, tiene seis entradas, pero la más conocida es la del puente de madera, sobre el que hay una estatua de bronce de la liebre de la suerte. La leyenda cuenta que a quien se las arregla para lanzar una moneda en las piernas de la liebre, le espera la felicidad eterna. Es por eso que el puente siempre está abarrotado de turistas que tratan de conseguirlo.

El sabio ratón archivador de Helsinki, Finlandia

Muy cerca de la Plaza del Senado, en el campus de edificios de Archivos Nacionales en Finlandia, se encuentra este pequeño, pero hermoso monumento. Si alguna vez vas hasta allí, no te olvides de buscarlo 😉

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