Los derrames cerebrales son más frecuentes de lo que pudiéramos pensar. Aproximadamente el 75% de la población se encuentra en la zona de riesgo de sufrir uno. La obesidad, la diabetes, el colesterol y tabaquismo son factores que aumenta considerablemente la probabilidad de sufrir un ictus.
Aún siendo la persona más sana del planeta, nadie está completamente a salvo de sufrir un derrame cerebrovascular. Por esta razón es muy importante que todo el mundo conozca esta información.
Los accidentes cerebrovasculares -abreviado ACV- también se les llama ictus, apoplejía, ataque cerebral, derrame cerebral, etc. Estos ataques producen la perdida repentina de funciones cerebrales debido a un corte de flujo sanguíneo ya sea por hemorragia o por cualquier otra razón.
Cuando una persona sufre un ictus a menudo pierde la sensibilidad de un lado del cuerpo, siente un debilitamiento en la cara, tiene problemas con el habla, problemas motores, vomito repentino y sin motivo, perdida de visión de uno o ambos ojos y, a menudo, desmayo.
Actuar rápida y correctamente en caso de presenciar un ACV es lo que marca la diferencia entre la vida o la muerte. Según los médicos, si se trata un ACV en las 3 primeras horas, es muy probable que el paciente sobreviva sin ningún tipo de secuela.
A continuación os vamos a dar unas pautas para detectar y actuar ante un posible ACV
Imaginaos que habéis visto a una persona desmayarse de repente y acto seguido se despierta, o notáis alguno de los síntomas anteriormente descritos en algún familiar o conocido. Deberéis actuar de la siguiente forma:
- Pídele a la persona que sonría
- Pídele a la persona que diga una frase sencilla, por ejemplo «Hoy es un día lluvioso»
- Pídele que levante ambos brazos por encima de la cabeza
- Pídele que saque la lengua, y observa si se desvía hacia un lado
Si no puede realizar cualquiera de estas acciones correctamente o notas que su lengua se desvía, es muy probable que te encuentres ante un ACV. Lo primero es actuar con calma y llamar a los servicios médicos de urgencia. Explica la situación y ellos te indicarán que debes hacer.
Ojalá y nunca necesitemos poner en práctica estos conocimientos. Pero en caso de que así sea, nos alegraremos de tenerlos bien aprendidos.