Aunque los chalecos antibalas han salvado la vida de miles de agentes, solo protegen los ciertos órganos vitales, dejando al descubierto zonas potencialmente mortales como la cabeza, el cuello o la femoral.
Es por eso que caso de tiroteo, los policías tratan de ponerse a cubierto o parapetarse con los elementos que les rodean, ya sea contra un edificio o la puerta de su vehículo. ¿Pero qué ocurre si no cuentan con un lugar adecuado para protegerse?
Ligero, seguro y plegable
Decenas de agentes de policía mueren cada año en tiroteos, y para remediarlo, la Universidad de Brigham Young (EEUU) ha inventado el escudo antibalas Origami.
«Trabajamos con policías heridos y retirados, agentes de federales y con el equipo SWAT para comprender sus necesidades. Todos coincidían en que las soluciones actuales eran demasiado pesadas y poco portátiles», declara Larry Howell de Universidad de Brigham Young.
Este nuevo escudo es ultra portátil, pesa menos de 20 kilos y es lo suficientemente grande como para proteger a 3 personas. Eso supone una gran mejora con respecto a los parapetos antibalas que en ocasiones usa la policía, los cuales son unipersonales, muy aparatosos y pesados (40 kg).
El Origami se puede mover con facilidad, y eso permite que los agentes lo desplieguen allí donde se necesite, no solo para protegerse a sí mismos, sino también a los civiles.
El Origami esta compuesto de 12 capas de Kevlar (fibra artificial, ligera, con gran resistencia al calor) y una capa de aluminio en el centro para crear el escudo y permitir que este se pliegue y despliegue rápidamente.
Aún no está del todo listo para salir al mercado, pero las pruebas realizadas han demostrado que es resistente contra disparos de armas de gran calibre como las 9 mm, 357 Magnum y 44 Magnum. Aquí os dejamos un video para que veáis su asombroso funcionamiento.