Solemos relacionar la ansiedad con un conjunto de emociones debilitantes que deja, a quien la padece, acurrucado en su cama, sufriendo nervios y evitando enfrentarse a ciertos problemas, pero lo cierto es que eso son solo estereotipos.
Según la psicóloga clínica Dr. Carla Marie Manly, una persona que experimenta experiencias de ansiedad puede lidiar con las actividades de la vida diaria, al menos hasta que el problema se agrave.
Se denomina trastorno de ansiedad de alta funcionalidad, e igual que otros trastornos mentales, afecta en mayor o menor grado a quien la sufre, torpedeando su descanso, la toma de decisiones y su vida familiar y/o profesional. También requiere atención especializada y un buen diagnóstico, aquí tienes 11 señales que pueden alertarte de ella.
1. Dificultades para dormir
Si no tomas demasiado café y mantienes una buena higiene del sueño, pero aun así no logras dormir, puede que la ansiedad funcional sea la culpable.
Según la docta Manly: «Al interiorizar la ansiedad y funcionar bien durante el día, la ansiedad puede reflotar durante la noche y alterar el sueño».
2. Tratas de controlarlo todo
Nunca has sido una persona muy controladora pero últimamente no quieres dejar nada al azar. Algo te inquieta e, inconscientemente, has aumentado el control para tratar de dominar la situación, pero cada vez que algo no sale como esperabas, el golpe es mayor. Cuidado.
3. Perfeccionista
Siguiendo con el punto anterior, según la doctora Manly, «la ansiedad funcional puede dar lugar a la búsqueda de la perfección, ya sea en el trabajo o en la vida personal, tratados de alcanzar expectativas poco realistas».
4. No logras relajarte
Es otro mecanismo de defensa. Para no sentir ansiedad nos mantenemos ocupados, siendo incapaces de relajarnos o desconectar.
5. Sientes dolor físico
Por la pura tensión reprimida y acumulada, «los pacientes con ansiedad funcional pueden sentir dolor de cuello, hombros, espalda alta y un nudo constante en el estómago», explica el doctor Sanam Hafeez Psyd.
6. Experimentas un gran diálogo negativo
Eres tu peor enemigo y tu cabeza pasa el día haciéndote de menos y minando tu autoestima. Como puedes imaginar, esto no es nada bueno y, en un corto espacio de tiempo, empezará a pesarte.
7. Recurres a otros en busca de tranquilidad y confianza
No puedes desconectar, pero tu cuerpo necesita tranquilidad y, como no puedes autoproporcionartela, recurres a otros para organizar tus pensamientos y ser racional.
«Generalmente, tras sufrir pensamientos negativos y atemorizantes, las personas con ansiedad funcional necesitan la imperiosa necesidad de buscar el consuelo de otros y reafirmar así su seguridad», explica psicólogo clínico Devon MacDermott, PhD.
8. Tienes hábitos repetitivos o tics
La ansiedad da la cara en forma de hábitos repetitivos o pequeños tics, como morderse las uñas o el labio, mover la pierna, colocarte las gafas constantemente…
9. La gente te describe como una persona difícil de leer o descifrar
Somos expresivos por naturaleza, por lo que si tus compañeros te conocen como «la roca» o te describen como una persona difícil de interpretar es porque, seguramente, te contienes más de lo que es recomendable. No estás siendo estoico, sino que estás compartimentando tus emociones con la esperanza de que, un día, tu presa no reviente.
10. Tratas de evitar tus propios pensamientos
Dado que los pensamientos que te causan ansiedad te incomodan, tratas de evitarlos… Malas noticias, siempre vuelven.
11. Recurres al alcohol y otras drogas para relajarte
Para alguien con problemas de ansiedad funcional -que evita sus pensamientos, contiene emociones y no desconecta con facilidad-, el alcohol se convierte en una vía de escape. Si no se controla el problema real, este comportamiento puede derivar en dependencia o servir de trampolín para iniciarse en otros consumos.
¿Qué hacer?
Si crees que puedes estar sufriendo un trastorno de ansiedad de alta funcionalidad, busca ayuda profesional. Él o ella te ayudará a desgranar tu vida, encontrar las causas y resolver el problema antes de que vaya a más. Es tu salud, no juegues con ella.
