Cómo aplicar el método Montessori para prevenir rabietas

Publicado 8 marzo, 2020 por admin
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Marta, del blog de crianza Pequefelicidad, ha realizado un excelente artículo sobre cómo aplicar el método Montessori para gestionar y evitar rabietas. Una lectura que os recomendamos encarecidamente si vuestros hijos son dados a sufrir este tipo de arranques. A continuación, un pequeño resumen.

¿Por qué se producen las rabietas y cómo prevenirlas?

A partir de los dos años los niños comienzan a reafirmarse, manifestar y defender sus intereses y deseos ante una negativa. Una negativa que, tal y como señala Marta, es casi continua.

«No toques, no saltes, no corras… ¡No, no y no!»

Ante tantos obstáculos y sin saber gestionar correctamente sus emociones, el niño estalla y se produce la temida rabieta.

Obviamente no podemos exigir al niño que actué en contra de su propia naturaleza, pero podemos crear el ambiente perfecto para que estos explosivos enfados no se produzcan.

20 pautas Montesori para prevenir rabietas según Pequefelicidad

1.- Más autonomía e independencia. Acondiciona la casa para que tu hijo pueda desenvolverse de forma autónoma colocando sus juguetes, herramientas y libros a mano. Aquí puedes ver cómo preparar la habitación infantil según Montesori.

2.- Motivación y tareas reales. Igual que los adultos, los niños se aburren y necesitan motivación; cumplir con tareas domésticas reales le harán sentir útil.

3.- Hay que hablar siempre con respecto, amor y empatía. 

4.- Ponte a su nivel. Parece una tontería, pero agacharse y mantener el contacto visual, de igual a igual, dirigirte por su nombre y hablar de lo que siente hace milagros.

5.- Préstale atención de calidad. Si no tienes mucho tiempo, prueba a incluirlo en tus tareas.

6.- Establece una dulce rutina. Y es que si el niño sabe su horario y las actividades que hay programadas las aceptará más fácilmente, evitando las rabietas.

7.- Cuida que no tenga hambre ni sueño. El cansancio y el hambre son malos compañeros y aumentan las probabilidades de sufrir una rabieta. Eso sí, no basta con entregarles chucherías y comida de baja calidad para lograr que callen, sé responsable. Evitarlas pasa por tener horarios, preparar comidas con antelación, llevar la merienda en el carrito y tener una hora fija para ir a la cama. Nada nuevo, ¿verdad?

8.- Rebaja la ansiedad ante nuevas experiencias. Salir de la zona de confort es importantísimo, pero no lo hagamos a lo loco. Si tu hijo debe enfrentar una nueva situación, explícale en que va a consistir para que rebajar su ansiedad y hacer que no le pille de sorpresa.

9.- Atiende sus necesidades. Es fácil comprender que un niño, tras pasar la jornada en el colegio, necesita moverse, jugar, salir al exterior… Observa a tu hijo y adapta tu planificación para ir cubriendo sus necesidades.

10.- Consenso familiar. Papá, mamá, la abuela, los tíos… cada persona tiene una visión distinta sobre la crianza, pero debemos ponernos de acuerdo para no confundir al niño.  Es uno de los puntos más complicados pero efectivos, ya que somos los adultos los que tenemos que negociar y poner de nuestra parte.

11.- Explícale el porqué de las normas. Hay cosas que no están sujetas a negociación, como sentarse en la sillita del coche y llevar cinturón de seguridad, pero no trates de imponer las normas, explícaselas para que las entienda. Usa un lenguaje comprensible y te sorprenderás.

12.- Sé positivo. Continuando con el punto anterior, cuando razones con niños, realza el aspecto positivo de las cosas. Quizá no le guste sentarse en la silla del coche, pero vamos a cantar canciones y podrás ver el paisaje… Eso sí, tal y como señala Marta, nunca utilices chantajes o estarás perdido.

13.- Empatiza con tu hijo y mírate desde su punto de vista. Importantísimo, ¿qué diría tu hijo si pudiera expresarse como un adulto? ¿Pasa el tiempo suficiente con sus padres? ¿Como le gustarían las cosas? Eso sí, en mi experiencia te digo que no debes torturarte. Muchos padres son excesivamente críticos con su papel, debido a la presión social que existe para ser una «buena madre o un buen padre». Más información aquí. 

14.- Relaciones sanas y respetuosas. Obviamente no podremos mantener un buen dialogo con nuestro hijo si no sabemos discutir respetuosamente con otras personas de la casa.

15.- Nada de chantajes. Si acaba de comer vamos al parque, si te portas bien tendrás un helado… El chantaje es un arma de doble filo, pues también puede entender que la rabieta es una manera de lograr sus objetivos. Evítalos.

16.- Deja que elija. En vez de imponer, deja que tu hijo tome la decisión por sí mismo para que la haga más gustoso. Obviamente no tendrá toda la libertad, sino que podrás darle elegir ente dos opciones que convenientemente horas más o menos atractivas. ¿Seguimos aquí en el parque que hace frío y los niños se marchan ya, o volvemos a casa y preparamos la cena juntos mientras jugamos con tu muñeco preferido? Recuerda que las opciones no deben ser un chantaje.

17.- Desvía su atención. Si observas que una rabieta puede producirse por culpa de un juguete, desvía su atención hacia otra cosa. Y así con todo.

18.- Evita el abuso del no. Como decíamos al principio, el no causa frustración. Hay otras formas de expresarnos en positivo.

19.- Relativiza y negocia. Si tu hijo quiere quedarse un poco más, puede que lo necesite. Solo negocia con él, cede en una cosa y enséñale a ceder en otras. Esto es muy útil, ya que es así como se gestionan las relaciones adultas.

20.- Y si todo lo demás falla… no pierdas la calma. Somos humanos y por más atención que pongamos, no siempre podremos evitar todas las rabietas, entre otras cosas porque nuestro hijo también es una persona en desarrollo con pensamiento propio. Por eso, si se produce, no te martirices ni pierdas la calma, utiliza toda tu empatía para hacerle frente y calmarlo de forma respetuosa y cariñosa.

Recuerda

¿Te ha parecido útil? Si es así, no dudes en pasarte por Pequefelicidad, donde conocerás otra forma de hacer las cosas y aplicar el método Montessori.

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