¿Qué hay de cierto en «no desayunar es tan malo como fumar»?

Publicado 9 octubre, 2017 por Alberto Díaz - Pinto
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Hace unos días los titulares de diversos medios de comunicación hacían saltar las alarmas de todos aquellos que no tenemos por norma general el hábito de desayunar copiosamente o, directamente, de no hacerlo. Concretamente me remito a ejemplos tales como «Saltarse el desayuno puede ser tan malo como fumar«. Con cosas como esta, cualquiera se asustaría.

Y es que hoy en día existe tal cantidad de información en internet de dudosa veracidad, que a veces cuesta depositar nuestra confianza hasta en los propios estudios científicos, puesto que muchas veces son malinterpretados, sesgados y distorsionados, a veces a propósito, con tal de convertirse en la vía informativa más vista.

Todo comenzó con el estudio realizado por un grupo de investigadores españoles llamado «The importance of Breakfast in Atherosclerosis Disease«, en el que se buscaba analizar los hábitos en el desayuno de 4.000 personas en un momento puntual, sin tener en cuenta los posibles cambios a largo plazo, y determinar el riesgo de padecer ateroesclerosis

Pero, como sabéis, la correlación no implica necesariamente causalidad, es decir, que solo se pudieron estudiar generalidades puntuales, ya que no se pudieron analizar todos los posibles factores que podrían influirPor eso, hay que ser excepcionalmente prudente a la hora de interpretar los resultados y, mucho más, a la hora de publicarlos en un medio. 

El estudio en cuestión dividió a la muestra en tres grupos, en función de sus hábitos de desayuno: quienes no desayunan (SBF – Skipping Breakfast), los que desayunan pocas calorías (LEB – Low Energy Breakfast) y los que desayunan abundantemente (HEB – High Energy Breakfast). 

Y, en efecto, los investigadores han encontrado un mayor riesgo de padecer  aterosclerosis en el primer grupo, seguido del segundo y del tercero.

Como veis, según la gráfica, los que no desayunamos tenemos más papeletas de sufrir ateroesclerosis porque está asociado a ello, pero no quiere decir que sea un factor determinante. Los expertos explican:

«En términos de calidad dietética, los participantes SBF eran más propensos a consumir más energía, particularmente de fuentes animales y colesterol dietético; tienen la menor ingesta de fibra y carbohidratos; y tienden a consumir más bebidas alcohólicas y azucaradas, así como más carne roja. En comparación con HBF, los participantes en el grupo LBF presentaban mayor ingesta diaria de energía animal de proteínas, y colesterol de la dieta, y menor ingesta de azúcar y polisacáridos. Este grupo también tuvo una menor ingesta de frutas y verduras, cereales integrales y aceite de oliva, y un mayor consumo de cereales refinados, carnes rojas, comida rápida y platos precocinados, así como carne magra y mariscos. Los participantes en el grupo HBF presentaron significativamente mayor ingesta de hidratos de carbono y fibra dietética, y tendían a mayor cantidad consumida de frutas y verduras, cereales integrales, productos lácteos con alto contenido graso y dulces.(…)
Quienes se saltaron el desayuno también se caracterizaron por seguir un estilo de vida global menos saludable, incluyendo la mala dieta general, consumo de alcohol frecuente y tabaquismo. Estos hallazgos están de acuerdo con los informes anteriores en los que el saltarse el desayuno estaba asociado con el tabaquismo, el aumento de la ingesta energética y el incumplimiento de las recomendaciones de alimentación saludable. Los resultados de nuestros modelos más ajustados sugieren una posible asociación al menos parcial entre saltarse el desayuno y la prevalencia de la aterosclerosis subclínica independiente del estilo de vida insalubre en general de estos participantes. Además, los participantes en el grupo LBF, que en su mayoría consumían tostadas o pasteles y café por la mañana, tenían un mayor riesgo de tener placas ateroscleróticas carioideas y iliofemorales en comparación con los participantes en el grupo HBF.
El patrón dietético general seguido por los participantes SBF recae predominantemente en nuestro «patrón alimentario de negocios» previamente definido, con el 45% de los participantes siguiendo este comportamiento específico. Se caracteriza por opciones de alimentos poco saludables en general, comidas frecuentes fuera y horarios ocupados, lo que podría arrojar luz no sólo sobre los factores que afectan a la asociación entre saltarse el desayuno y los resultados de la enfermedad, sino también sobre las razones subyacentes de este hábito. En línea con este grupo de comportamientos, la hipótesis de que además de la asociación directa con los factores de riesgo CV, y la aterosclerosis que merece más investigación, el estar en el grupo SBF podría servir como un marcador para una dieta general o estilo de vida poco saludable, que a su vez se asocia con el desarrollo y la progresión de aterosclerosis.»

El hecho de no haber podido aislar totalmente la influencia de las variables de confusión hacen que no sea determinante. Algo que está presente durante todo el estudio y es reconocida por los autores en reiteradas ocasiones: 

«Saltarse el desayuno podría servir como un marcador de hábitos alimentarios y estilo de vida poco saludables y se asocia con la presencia de aterosclerosis no coronaria y generalizada independiente de los factores de riesgo convencionales de ECV en una muestra de personas asintomáticas de mediana edad. Nuestros hallazgos destacan la importancia del mensaje de una alimentación saludable, incluyendo un desayuno energético.»

En definitiva, se trata de un trabajo observacional y, aunque es bueno conocer los resultados y tenerlos en cuenta, sus conclusiones son muy limitadas, sobre todo debido a su naturaleza y diseño y la posible influencia de múltiples variables.

Sin embargo, esto no ha frenado a muchos medios para difundir conclusiones que van más allá de lo científicamente riguroso y del alcance del estudio, cuyos titulares rezaban cosas tales como: 

Por ello, debemos tener mucho más cuidado al leer este tipo de publicaciones en los medios, siendo más recomendable acudir al estudio en cuestión, y tener muy en cuenta que a veces lo único que buscan es llamar nuestra atención de forma desesperada, y no bajo una ética profesional de dudosa praxis.

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