Muchos de los relatos recogidos en Las mil y una noches han propiciado que cuando se nos habla de la cultura árabe antigua, no podamos evitar acordarnos de aquellos exóticos palacios, del genio que concede deseos y que vive atrapado en una lámpara, de las hermosas princesas que esperan ser liberadas del tiránico visir o de aquellos idílicos viajes en alfombras voladoras, ¿verdad?
Sin embargo, estos relatos han hecho que tendamos a idealizar el modo de vida de los países árabes en aquella época. Así que si nos preguntaran cuál era el aspecto que debieron tener las mujeres que formaban parte del harén del sah de Persia, la gran mayoría pensaría en Jasmín.
Recientemente han salido a la luz unas imágenes reveladoras guardadas en el un palacio Golestán, en Teherán, las cuales nos han permitido poner cara a las mujeres que formaban parte del harén de Naser al Din Sha Kayar, el sah que gobernó Persia entre los años 1848 y 1896.
Al parecer, el sah era un gran aficionado a la fotografía y sus modelos preferidas eran las mujeres de su harén
Según los historiadores, el harén del gobernante contaba con unas 100 concubinas aproximadamente
Al subir al trono, el sah Kayar decidió establecer el primer estudio fotográfico oficial en su residencia palaciega
En aquella época, las normas chiítas prohibían expresamente que una mujer fuera retratada… una ley que lógicamente el sah decidió saltarse a la torera
Históricamente, estas fotografías han servido para desmentir algunas ideas equivocadas sobre el modo de vida de los harenes
Según podemos ver en las instantáneas, las mujeres gozaban de relaciones de amistad entre ellas. En esta fotografía, por ejemplo, podemos verlas disfrutando de un día de picnic
No destacan precisamente por su belleza, pero también habría que analizar cuál era el canon de belleza de la época. Todas destacan por ser corpulentas, cejijuntas e incluso con bigote
El canon de belleza dista mucho de la época actual, o de lo que nos han intentado vender en las películas y relatos