Frank Jacobs de Big Think ha realizado un interesante ejercicio de ordenación mundial otorgando el área de los países más grandes a las poblaciones más numerosas. El resultado es un mapa tan fascinante como desconcertante.
¿Reparto equitativo?
De esta forma el país más grande en extensión, Rusia, sería ocupado por el país con mayor población del mundo: China.
Un cambio que no solo entregaría algo de espacio vital a su masificada población, sino que otorgaría a China una ansiada salida al Mediterráneo, lo que sin duda facilitaría el transporte de mercancías y la convertiría inmediatamente en primera potencia mundial.
Los canadienses, segundo país más extenso del mundo, tendrían que ceder su territorio a la India, quienes se beneficiarían de su paisaje, estilo de vida y cercanía con EE.UU.
EE.UU permanecería curiosamente en su territorio, ya que es el tercer país por extension y también por número de habitantes.
Los Ingleses consumarían el Brexit mudandose al desierto del Sahara. Sol no les iba a faltar
La isla británica pasaría a ser la nueva República Tunecina
Muy curioso el caso de las dos Coreas, y es que tras mudarse, cruzar el océano y cambiar de hemisferio… continuarían siendo vecinas
¿Y España? Pues tendríamos que ceder nuestra querida y soleada tierra a los 22,5 millones de australianos, quienes realizarían la migración más lejana de todas, cambiando su país por las antípodas
Los españoles tendríamos que mudarnos a Etiopía, un territorio más extenso y acorde con nuestra población
Dejaríamos de tener dos vecinos -Francia y Portugal- para gozar de una nueva y numerosa comunidad lindando con los territorios de Guinea Bissau, Papua Nueva Guinea, Japón, República Dominicana, Ghana y Venezuela. Tal vez así lográramos ganar al fin Eurovision o como quisiese que se llamase el concurso después de la reorganización mundial. Aunque tal vez este argumento no baste para mudarnos.