Nuestros antepasados realizaban cruces entre perros para resaltar características como animal de trabajo, creando un abanico de razas variado y saludable. Todo se acabó cuando el perro dejó de ser un compañero y se transformó en un modelo para concursos. El pedigrí del que tanto alardean las sociedades caninas solo busca la acentuación de rasgos estéticos, hasta que estos se convierten en enfermedades que acompañarán al animal desde el día de su nacimiento, y lo han conseguido en sólo 100 años…
El tren trasero del Pastor Alemán es cada vez más bajo, hasta el punto que la mayoría de los perros de esta raza sufren sus consecuencias motrices.
El Bull Terrier es otro ejemplo del increible cambio a la raza, donde han variado la forma del cranero por completo.
El Dachshund, o más conocido como «perro salchicha» ha disminuido el tamaño de sus patas y alargado el de su tronco. Obligándole a mantener una posición antinatural y que su columna sufra el peso de su cada vez mas extenso cuerpo.
Fuente: http://www.dailymail.co.uk/
