Esta es la radiografía de un carlino, la raza de perro a la que hemos destrozado la vida

Publicado 4 agosto, 2019 por admin
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En otras ocasiones hemos hablado sobre los problemas de salud que sufren nuestros perros, como consecuencia de las políticas de cruce y pedigrí. Una de las razas más afectadas por estas leyes eugenésicas es el pug o carlino.

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Al igual que los bulldog, los pug o carlinos están condenados a una vida de problemas respiratorios y de salud debido al capricho humano. 

Alguien decidió un día que estos perros se verían mejor si poseyeran una nariz más pequeña. Siglos de cruces lograron achatar el hocico hasta casi hacerlo desaparecer. 

Aquí puedes ver una radiografía actual de estos animales

Los huesos de la cara en estas razas de perro se han comprimido, pero no así el tejido que los rodea, lo que tapona el flujo de aire y obliga a otros músculos a trabajar más intensamente para que pueda respirar.

 A lo largo de su vida del perro, los mecanismos anatómicos que compensan la hiperactividad en los músculos faciales del perro pueden fallar, dando lugar a crisis respiratorias. 

Para comprender la gravedad de esta configuración craneal, comparemos la radiografía con el craneo de un pastor alemán

WIkimedia Commons

 

Aunque por culpa de los cruces el pastor alemán también sufre múltiples problemas en el tren inferior, su craneo es estructuralmente similar al de un lobo. Animal del que descienden todos los perros.

¿Por qué todos los cánidos poseen un hocico largo?

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La respuesta corta es porque el hocico es evolutivamente mejor. Es decir, les permite rastrear, oler, comer y masticar con más facilidad que si fuera plano.

¿Y los carlinos?

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Los perros con el hocico plano no tienen espacio en la mandíbula para los dientes y por eso suelen tener problemas de mordida y dentición, además de un mayor riesgo de sufrir periodontitis.

Tampoco tienen espacio suficiente para encajar los globos oculares, y por eso sus ojos resultan anormalmente grandes y saltones. Al quedar tan cerca de la nariz, carecen de la protección que el hocico largo proporciona cuando olisquean el terreno y suelen sufrir muchos más accidentes oculares.

Aunque lo peor de todo es su respiración

Su nariz es apretada, su traquea corta y su paladar largo lo que, en conjunto, dificulta que pueda respirar con normalidad. Esto impide que se termorregulen correctamente puede dar lugar hipertermia, desmayos, golpes de calor, problemas digestivos y apnea del sueño. 

Problemas de salud que le obligan a llevar una vida sedentaria y fatigosa, con todo lo que ello conlleva: una esperanza de vida corta. Un rasgo que comparte con otras razas braquiocefálicas -de hocico corto- como: el bulldog inglés, el bulldog francés, el bóxer, los boston terrier, el pekinés y el shih-tzu.

Cualquiera de estos perros podría ser nuestro mejor amigo, pero hay que dejar claro que nosotros no lo somos de ellos. Somos los culpables directos de una vida de sufrimiento, solo motivada por la vanidad humana de poseer un perro con estas características.

En resumen, la domesticación y los cruces por pedigrí están acabando con la salud de nuestros perros, pero diversidad genética podría salvar a sus descendientes. Solo debemos cruzarlos libremente y todo volverá a su equilibrio. ¿Seremos capaces, o nuestro egoísmo continuará destruyendo su salud por tiempo indefinido?

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