¿Cuánto tiempo hemos pasado evaluando opciones, sopesando e imaginado las reacciones de la gente? ¿Cuántas veces hemos hecho cosas que realmente no queríamos hacer? Y todo para qué, ¿para encajar?
Seguro que como adolescente te preocupaste en demasía por esas pequeñas cosas, pero al crecer te diste cuenta de una verdad absoluta: no se puede gustar a todo el mundo.
Y es que hagas lo que hagas, es muy difícil que todo el mundo esté de acuerdo con tu decisión. Cuanto más famoso o mayor responsabilidad tengas más voces críticas levantarás a tu paso.
Mucho se ha escrito sobre este fenómeno social pero pocas historias son tan divertidas e ilustrativas como la que el genial comediante ingles, Charles Chaplin, solía contar cada vez que escuchaba a la gente criticar a una persona.
La familia y el burro.
Había una vez, hace muchos años, un matrimonio con un hijo adolescente que tuvo que viajar en burro para buscar un trabajo con el que sobrevivir. Pero en su primer paso por una pequeña aldea la gente al verlos comentó:
«¡Mira ese joven tan mal educado y aprovechado! Él descansa sobre el burro mientras sus pobres padres caminan llevando las riendas».
La mujer disgustada pidió a su marido que subiera al burro para impedir que hablaran mal de su hijo, pero al llegar al siguiente pueblo la gente murmuraba:
«¡Mira qué sinvergüenza! ¡Lleva a su pobre mujer y su hijo a pie, mientras él va relajado encima!»
Fue entonces cuando la familia tomó la decisión de subir a la mujer en burro convencidos de que así la gente les vería con buenos ojos, pero al pasar por el tercer pueblo la gente comentaba:
«¡Pobre hombre!… Después de trabajar todo el día, debe llevar a su mujer en burro. Pobre hijo, ¡qué le espera con esa madre tan comodona!»
Confundidos se pusieron de acuerdo para subirse al burro los tres y así evitar los comentarios mas cuando legaron al siguiente pueblo escucharon:
«¡Son unos bestias, más bestias que el burro que los carga. ¡Van a partirle la columna al pobre animal!»
Por último y sin más opciones decidieron bajarse los tres y caminar junto al burro… Pero al pasar por el pueblo siguiente no podían creer lo que las voces decían burlonamente:
«¡Mira a esos tres idiotas! ¡Van caminando cuando tienen un burro que podría llevarlos!»
Al terminar de narrar la historia Chaplin concluía diciendo con una divertida sonrisa:
Recuerda que hagas lo que hagas, siempre te criticarán, hablarán mal de tí y será difícil que encuentres alguien a quien conformen todas tus actitudes.
Así que ya sabéis, dejar de preocuparos por lo que opinen los demás y hacer honor a vuestros propios valores y pensamientos.
Fuente: rieysonrie.com
