Dicen que la Tierra es el planeta azul, no en vano tres cuartas partes de nuestra superficie están cubiertas de agua, un valioso elemento que nos da este característico color.
Una preciosa tonalidad que no durará para siempre, a menos que dejemos de contaminar sistemáticamente nuestras aguas, ríos y mares.
Y es que el mar ha sido siempre el vertedero preferido por el ser humano, una basta extensión de agua que hacía desaparecer nuestros problemas con sólo arrojarlos en ella.
Como este cementerio de aviones y bombarderos de la Segunda Guerra Mundial, que llevan descansando en el fondo del Océano Pacífico desde hace más de 70 años.
Aviones bajo el mar.
Aunque los amantes del buceo acuático llevan disfrutando de este insólito paisaje desde finales de 1960, son las fotos realizadas pro Brandi Mueller las que hoy nos permiten observar esta extraña estampa.
El instructor de buceo y capitan de barco Brandi Mueller declara que los aviones son toda un atracción.
«Resultan hermosos y muy extraños. Todos los buceadores desean ver los restos de algun naufragio pero lo que nunca esperan encontrar son aviones bajo el mar».
A pesar de su mal estado, los aviones no se estrellaron en la zona ni son producto de ninguna batalla o accidente aéreo.
Sencillamente fueron arrojados al lecho marino cuando la guerra terminó, ya que trasladarlos desde desde el atolón de Kwajalein (cerca de las Islas Marshall) hasta los Estados Unidos era demasiado caro.
Una vez más el dinero y los costes prevalecieron sobre la razón y el respeto al medio ambiente.
Al menos la naturaleza ha sabido florecer sobre ellos convirtiéndolos en un inesperado vergel de vida marina.
Fuente: mashable.com
