No nos cansaremos nunca de denunciar públicamente el trato que algunas personas confieren a sus mascotas. Hemos visto abandonos y conocido historias que nos han partido el corazón, pero afortunadamente la gran mayoría tuvieron un final feliz, gracias principalmente a la importante labor de los refugios, veterinarios y a la gente que vela por su bienestar.
La historia de hoy habla precisamente de eso, de la crueldad de algunas personas y la bondad de otras, gracias a la cual un hermoso ejemplar de husky siberiano pudo tener una nueva oportunidad.
Marty y Tetso, dos amigos que estaban haciendo un viaje en coche, se toparon por casualidad con la protagonista de nuestra historia de hoy. La pobre perrita yacía en la cuneta de la carrera, completamente desnutrida y al borde de la muerte
Para su sorpresa, al levantar al animal moribundo para meterlo en el coche, descubrieron que no estaba sola. ¡Un precioso cachorrito se escondía debajo de su madre!
Inmediatamente, sus rescatadores llevaron ambas perritas al hospital. Estas estaban muy asustadas e incluso se mostraban agresivas con los humanos… lógico y normal
Sin embargo, sus hermosos ojos -uno azul y otro de color avellana- estaban pidiendo a gritos una nueva oportunidad
A su llegada a la clínica, el veterinario les dijo que había pocas esperanzas de recuperación, pues su estado era bastante grave
También les dio una buena noticia: «Si las chicas mejoran, serán una gran belleza. Después de todo, la sangre del husky siberiano fluye por sus venas«
Al principio les costó mucho habituarse a su nuevo entorno, pero poco a poco fueron acostumbrándose al contacto con la gente y a su nuevo hogar, donde las bautizaron como Siberia y Alaska
Después de unas semanas de tratamiento, cuidados y, sobre todo, mucho cariño, ambas lucen radiantes y felices
Siberia y Alaska encontraron una familia que las adora y que vela porque nada les falte
Pero ahora piensa, ¿cuántos perros no tienen tanta suerte como Siberia y Alaska? Seamos responsables con nuestras mascotas y ayudémosles todo lo que podamos; estoy convencido de que ellos lo harían por nosotros
