Según las estadísticas, el avión es el medio de transporte más seguro que existe. Y lo cierto es que, en condiciones normales, la probabilidad de sufrir un accidente en este medio de tranporte son extremadamente bajas. Pilotos preparados que pasan varias pruebas anuales, tanto físicas cómo psicológicas; aviones revisados y con un mantenimiento exhaustivo a diario… Son muchos los protocolos que se llevan a cabo para garantizar la máxima seguridad.
La inmensa mayoría de los pilotos y copilotos son unos profesionales que se toman muy en serio su trabajo, tanto que, gracias a su pericia, han logrado solventar numerosas situaciones que podían haber acabado en tragedia.
Pero como en todos los sectores, siempre hay alguna oveja negra y en este caso se trata de dos pilotos rusos que provocaron una tragedia aérea en los años 80.
Todo sucedió el 20 de Octubre de 1986. El vuelo comercial Aeroflot 6502 se encargaba de hacer la ruta soviética entre Ekaterimburgo y Grozny. Era un avión bastante nuevo, ya que solo tenía 6 años, por lo que se encontraba en perfectas condiciones.
A los mandos de dicha aeronave se encontraba el capitán Alexander Klyuyev y le acompañaban el copiloto Gennady Zhirnov, el oficial de navegación Ivan Mokhonko, el ingeniero de vuelo Kuri Khamzatov, varios asistentes de vuelo y 94 pasajeros.
Estaban a punto de tomar tierra cuando piloto y copiloto charlaban animadamente sobre si el primero sería capaz de aterrizar «a ciegas», es decir, basándose únicamente en lo que marcan los instrumentos de vuelo y sin visibilidad más allá de la cabina de mandos.
Restos del accidente del Aeroflot 6502
Hay que decir que este tipo de aterrizajes se pueden dar en determinados momentos y bajo ciertas circunstancias, pero nunca deberían derivar de un deseo de aventura por parte de la tripulación.
Este día había una visibilidad perfecta, eran las 15:58 y lo que empezó siendo una charla «inocente» acabó convirtiéndose en una apuesta llena de confianza y bravuconearía por parte del capitán contra el copiloto.
Así quedó el compartimento de pasajeros
Cuando se encontraban a poco más de 400 metros de altura, dispuestos a realizar el aterrizaje, Klyuyev le dijo a Zhirnov que tapase las ventanas y se apostó con el copiloto que podría posar el avión en tierra sirviéndose tan solo de los instrumentos de navegación y de su intuición.
Zhirnov, que tampoco debía ser muy inteligente, aceptó. Quedando ya pocos segundos para que el avión impactase contra el suelo, Klyuyev le dijo a su copiloto que devolviese la visión a la cabina.
En ese preciso instante, el capitán se dio cuenta de que había medido mal la distancia y de que iba a estrellar el avión. Intentó abortar la maniobra, pero la aeronave chocó contra el suelo a 280km/h, rebotando, volcando y deslizándose envuelta en llamas.
Murieron 70 pasajeros de los 94 que había, los asistentes de vuelo y el copiloto; este último a causa de un paro cardíaco cuando intentaba sacar a algunos pasajeros aún vivos del avión.
Klyuyev no murió y fue juzgado y sentenciado a 15 años de prisión que cumplió en Moscú. El accidente fue atribuido a su exagerado sentido de confianza en sus habilidades y se podía haber evitado de haber seguido el protocolo establecido y de haber tomado tierra de la manera correcta, en lugar de saltarse todas las normas de una manera deliberada e imprudente.
¿Se puede tomar tierra a ciegas, sí o no?
Los actuales instrumentos de navegación seguramente son más precisos y fiables que los que llevaba el avión de Klyuyev. De todas formas, este tipo de aterrizajes se realizan con un sistema llamado ILS y tiene varias categorías. Son clasificadas con el nombre CAT seguido de un I, II o III, dependiendo de la visibilidad que se posea.
El CAT III es la peor visibilidad posible y se divide también en varias subcategorías llegando, una de ellas, a ser la nula visibilidad de la pista de aterrizaje incluso estando ya en ella.
En principio, existen aviones que son capaces de aterrizar casi solos frente a estas condiciones. El problema es que ni todos los aviones tienen el instrumental necesario, ni todos los aeropuertos están certificados para poder llevar a cabo aterrizajes en determinadas CAT.
A continuación, os dejamos un vídeo donde podéis ver como un avión aterriza de una forma más que satisfactoria ante unas condiciones CAT III.
Con esto, solo os queremos decir que se puede aterrizar un avión sin visibilidad si la situación lo exige, pero nunca de la forma en que lo hicieron Klyuyev y Zhirnov, sin autorización y tan solo por una estúpida apuesta.
Fuente: Gizmodo
