La curiosa y genial historia de las 2 primeras mujeres que corrieron una maratón

Publicado 6 enero, 2016 por Joaquín M.C.
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El camino de la igualdad ha sido muy largo, aunque todavía quedan algunos sectores donde se sigue discriminando a las mujeres, en la sociedad occidental hemos llegado a alcanzar la igualdad por lo menos en lo que a derechos y obligaciones se refiere. Aún queda camino por recorrer, si bien es cierto que en determinados países ese camino es aún mucho más largo.

No han sido pocas las mujeres que rompieron las ridículas reglas establecidas en su época, para luchar por unos derechos que se les negaban sistemáticamente y sin una verdadera razón. Lo verdaderamente triste es que cuando hablamos de estas cosas parece que es algo que queda muy atrás en el tiempo, y hasta hace bien poquito todavía existían algunas leyes que eran claramente machistas y discriminatorias.

Hoy os queremos contar la historia de dos de estas heroínas, las cuales desafiaron el sistema discriminatorio impuesto por el hombre con el único objetivo de someter a su control a las mujeres. La historia de Kathrine Swizter y Bobbi Gibb

Las 2 primeras mujeres que corrieron la maratón de Boston

La historia reciente da mucha importancia a Kathrine Switzer como la primera mujer que corrió la maratón de Boston, pero esto no es del todo cierto y os lo vamos a contar a continuación.

Bobbi Gibb, La primera mujer en correr la maratón de Boston

bobbi gibb ahora

Roberta Louise Gibb, más conocida como Bobbi Gibb Nació en noviembre de 1942 en Massachusetts. Licenciada en Ciencias, tenía la ilusión de correr los 42 km que componen maratón de Boston. Desde mucho tiempo atrás ella había disfrutado haciendo deporte casi a diario. Salía a correr al campo y no dudaba de sus capacidades físicas.

Bobbi era un mujer bastante adelantada a su época. En los 50 una segunda ola de feminismo empezó a despegar y a exigir igualdad laboral para las mujeres. Socialmente empezaba a olvidarse el cliché del papel que debía cumplir la mujer en la sociedad. Empezaban a ser más aceptadas las mujeres independientes que no tenían la necesidad de buscar un hombre protector que las mantuviese a cambio de darles hijos y hacer las tareas del hogar.

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En 1966 quiso apuntarse para poder realizar la maratón de Boston oficialmente, con su dorsal numerado y siendo así la primera mujer en hacerlo. Pero cuando cursó su solicitud la contestación no era lo que esperaba. Hay que decir que en aquellos años se llegaba a creer que una mujer no sería capaz de aguantar esa distancia corriendo y podría incluso morir en el intento. Con esta excusa se le negó el poder inscribirse en esta prueba. Pero Bobbi no lo iba a dejar ahí.

El hecho de correr acababa de convertirse en algo más que satisfacer un deseo personal. Esto podría suponer una reivindicación que ayudaría e impulsaría la lucha del feminismo.

La mañana del 19 de abril de 1966, Bobbi se dirigió a la zona de salida. Vestida con una sudadera ancha y una capucha, se mezcló entre los demás participantes para iniciar su carrera.

Cuando el juez dio el pistoletazo de salida Bobi empezó la prueba, ninguno de los participantes sospechó que a su lado competía una mujer y si se dieron cuenta nadie dijo nada.

Así acabo la carrera Bobbi Gibb

Así acabo la carrera Bobbi Gibb

A pocos metros de finalizar la carrera Bobbi se quitó la sudadera, dejando a todo el mundo boquiabierto y atrayendo la atención de periodistas y público asistente. Acababa de cruzar la meta, convirtiéndose en la primera mujer en participar y acabar la maratón de Boston y contradiciendo así a esa estúpida creencia de que una mujer no podría aguantar tantos Kilómetros.

Siguió participando en los 2 años siguientes, aunque de la misma forma, ya que la regla que no permitía inscribirse a mujeres siguió vigente hasta 1972.

Kathrine Switzer, la primera mujer en participar con dorsal en la maratón de Boston

kathrine switzer ahora

Katrine Virginia Spitzer nació en Alemania en 1947. Su padre era militar estadounidense y pasó varios años allí destinado. En 1949 su familia volvió a los Estados Unidos, más exactamente a Virginia, donde se crió.

Su gran afición por correr le venía de familia. Su padre era un gran amante del deporte y animaba a Kathrina a salir con él cuando iba a entrenar.

Cuando fue creciendo se apuntó al equipo de atletismo de la universidad, donde todos sus compañeros eran hombres. Con el tiempo empezó a querer progresar más, su entrenador le había hablado de las maratones y con eso había sembrado una semilla en ella que acabaría con el resultado de querer participar en una de estas pruebas.

Esta imagen de Jock Semple intentando quitarle el dorsal a Kathrine dio la vuelta al mundo

Esta imagen de Jock Semple intentando quitarle el dorsal a Kathrine dio la vuelta al mundo

Entrenó duro hasta que por fin se sintió preparada y eligió una de las maratones más famosas, la de Bostón. Consciente de que su participación estaba vetada por el hecho de ser mujer, y con el escándalo de Bobbi Gibb del año anterior tan reciente, Kathrine decidió apuntarse a la maratón dando solo las iniciales de su nombre y su apellido, es decir K.V Switzer.

Ella dijo que en ningún momento quiso ocultarse ni engañar a nadie, pero ese era el nombre con el que firmaba los artículos del periódico de su universidad y por eso lo hizo así.

La mañana del 21 de abril de 1967 Kathrin se presentó a recoger su dorsal nº 261, junto con su novio, que también iba a competir en la prueba. Todo iba más o menos bien, empezó la carrera, los demás participantes, hombres todos ellos, la animaban y se encontraban muy a gusto de que una mujer corriese la maratón.

Aquí la vemos con su dorsal 261

Aquí la vemos con su dorsal 261

En el kilometro 3, Jock Semple, codirector de la carrera, se abalanzó sobre ella con la intención de arrebatarle su dorsal al grito de «¡Sal de mi p***a carrera y devuélveme ese dorsal!». Por supuesto su novio y otros corredores la ayudaron a zafarse de este individuo y a poder terminar la carrera como uno más de los participantes.

Lo triste es que después de este incidente, si bien no estaba prohibido que las mujeres participaran en la prueba (simplemente no se contemplaba esta posibilidad), fue prohibida expresamente por la AAU (Unión de Atletas Amateurs). Por suerte esta ilógica prohibición desapareció totalmente en 1972, fecha en la que se permitió, de manera legal, que las mujeres participasen en estos eventos.

Para acabar solo darles un gran aplauso a estas 2 mujeres y a otras muchas que, al igual que ellas lucharon por lo que era justo y se les negaba sin razón. Un ejemplo a seguir para todos los que hoy en día luchamos por un mundo en el que no se discrimine a nadie por razón de sexo, raza, religión etc.

Fuente: Kathrine Switzer, Bobbi Gibb

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