La Gran Barrera de Coral se extiende a lo largo de 2.600 Km desde el noreste de la costa de Australia hasta el sur de Papúa, Nueva Guinea. Su tamaño es tan colosal que puede incluso ser distinguida desde el espacio.
Considerado como el organismo vivo más grande del planeta, la Gran Barrera es, en realidad, una acumulación de esqueletos de corales que han ido creciendo uno encima de otros durante miles de años.
Descubierta en 1770 por el capitán James Cook, contiene una biodiversidad marina inigualable. Se considera que un 25% de las diferentes especies de seres marinos viven aquí.
Declarada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1981, son varias las veces que este entorno marino ha sufrido graves daños por el calentamiento global causado, en gran medida, por el ser humano.
Con una crisis preocupante en el 98 y otra más reciente en 2010, la Gran Barrera parecía estar recuperándose. Pero nada más lejos de la realidad, ya que se encuentra peor que nunca.
El oceanógrafo Terry Hughes de la Universidad James Cook, ha alertado de la gran plaga que está asolando esta maravilla de la naturaleza. Durante sus más de 500 expediciones nunca había visto algo tan triste, ha declarado.
El 95% de los corales del norte de la barrera están afectados por lo que se conoce como blanqueo de coral. Este fenómeno sucede cuando el microorganismo que convive en simbiosis con el coral (un protozoo llamado zooxanthellae) muere o abandona su huésped. El resultado es la perdida de coloración de los corales, pasando de unas vivas tonalidades a un tono totalmente blanco.
El blanqueo de coral se produce cuando estos seres vivos están sometidos a estrés durante un largo periodo de tiempo. Este estrés puede ser producido por varios factores pero según, los biólogos del centro Global Coral Bleaching, el calentamiento global unido al fenómeno climático conocido como El Niño, son los responsables.
Así quedan los corales cuando el zooxanthellae muere o les abandona
Si esta condición se mantiene durante demasiado tiempo, la colonia no es capaz de recuperarse y acaba muriendo. Esto es lo que están temiendo los científicos ya que, en esta ocasión, los factores están siendo francamente desfavorables.
Las posibilidades de que no pueda recuperarse de esta plaga son considerablemente elevadas. De seguir así, nos enfrentaríamos a una extinción en masa de miles de especies animales y las futuras generaciones solo llegarían a conocer esta maravilla de la naturaleza por fotos y vídeos.
Fuente: Gizmodo
