Entre un 2% y 4% de la población mundial padece sinestesia, una alteración neurofisiológica que mezcla de forma involuntaria varios sentidos para una misma percepción.
Es decir, estas personas pueden oír un color, saborear literalmente la tristeza o ver la música. No es que asocie dos sensaciones con un mismo acto perceptivo, no. Es que lo sienten realmente.
Un mundo extraño y complicado
Se cree que la sinestesia es consecuencia de una comunicación anómala entre diversas áreas cerebrales. De ahí que, para un mismo estímulo, se obtengan varias sensaciones.
Existen varios tipos de sinestesia y en diverso grado. Por ejemplo, el 49% de los sinestésicos sufren problemas con los estímulos léxicos, a los que asignan colores. Por ejemplo, la palabra coche puede ser de color azul, y siempre la sentirá de esta tonalidad la lea donde la lea.
El 28% también relaciona los colores con el sonido, pudiendo ser el amarillo un color demasiado agudo o el rojo hueco.
El director de orquesta Frank Liszt era sinétesico y solía pedir a sus músicos que tocarán “un poco más azul” o “no tan rosa”, algo que lógicamente su banda no lograba comprender.
Otros tipos de sinestesia menos frecuentes son las que mezclan sabor, olor, y tacto. Por ejemplo, el tacto de unos vaqueros nuevos puede ser amargo o comer chocolate áspero.
El hombre que podía observar el tiempo
Uno de los casos de sinestesia más raros es el de las personas con sinestesia espacio-temporal. Esto es que pueden percibir el paso del tiempo, los días, meses, horas y años con sabor, color, textura o aroma.
Uno de los pacientes describió que podía percibir el tiempo como un anillo gigante que el rodeaba de forma tridimensional que giraba en sentido de las agujas del reloj. Además, sentía el mes en transcurso dentro de su pecho y anterior podía contemplarlo justo delante de él, también poseían color.
Curiosidades
Las sensaciones sinestésicas no son universales, sino distintas para cada persona que la sufre, por lo que un mismo estímulo será interpretado de forma completamente diferente. Por ejemplo, todos los que tocamos una lija percibimos su aspereza, pero un sinestésico puede sentir su aspereza-azul y otro su aspereza-salada.
Las auras de las personas, podrían ser precisamente un desorden sinestésico, que asignaría un color a determinados rasgos físicos.
Algunos sinestésicos pueden pintar la música, ya que la perciben como un estímulo visual además de auditivo.
Algunas drogas como el LSD o ciertos alucinógenos también poseen propiedades sinestésicas.
Por alguna razón, las personas con sinestesia tienen mejor memoria que las personas normales, seguramente por asociar dos sensaciones a un mismo hecho. Un recurso que se suele utilizar como regla nemotécnica en el estudio, subrayando con colores o asignado formas geométricas a las ideas para hacer relaciones.
Las personas con sinestesia pueden recordar 123 hechos de un periodo concreto de su vida, en comparación con los 39 que suele recordar una persona típica.
Existe una teoría que dice que todos somos sinestésicos al nacer, pero que con el desarrollo cerebral se separa el procesamiento sensorial. ¿Cómo de distinta sería la vida de los seres humanos si no perdiésemos esta capacidad? Quizá fuéramos más abiertos y comunicativos, o tal vez no hubiéramos logrado ponernos de acuerdo en nada, quién sabe.
