La técnica del «palacio mental» o cómo no olvidarte nunca de nada

Publicado 19 agosto, 2019 por admin
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En ocasiones tenemos que memorizar cientos de datos inconexos, como nombres de personas, fechas importantes o listas de cosas. Y claro, con tantos ítems y tan poca práctica es fácil perderse.

Por fortuna, nuestra mente es increíble y hoy vamos a enseñaros un método infalible para memorizar cualquier cosa y recordarla sin esfuerzo.

El palacio mental

Pikoso.kz / Shutterstock

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Tal vez hayas oído hablar de la técnica del palacio mental en series de televisión como Sherlock o El mentalista, en las que sus súper inteligentes protagonistas usan esta habilidad con asiduidad para recordar datos y sucesos con información muy detallada.

El origen de esta técnica se remonta al siglo V a.C., cuando el poeta Simónides de Ceos ejercía de anfitrión de un animado banquete en Tesalia y el techo del salón se hundió matando a todos los asistentes.

Por aquella época las pruebas de ADN no existían, por lo que el reconocimiento de los cadáveres tras el aplastamiento fue casi imposible. Sin embargo, Simónides se dio cuenta de que podía recordar perfectamente dónde había estado sentado cada uno de los invitados. Y es que de forma inconsciente había relacionado su identidad con la posición que ocupaban en la mesa.

Espacio y memoria

Slaven / Shutterstock

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Simónides se dio cuenta de que a la mente le resulta muy sencillo relacionar datos asociados a lugares, incluso si estos espacios son imaginarios. Además, es muy sencillo y todo el mundo sabe hacerlo, porque estamos programados para ello.

Hace decenas de miles de años, cuando éramos cazadores-recolectores, nuestro cerebro necesitaba recordar las rutas y emplazamientos más frecuentados, asociándose a cosas que allí podían encontrar: agua, fruta, pesca, caza, hierbas, etc. Así es como nuestro cerebro comenzó a compartimentar la información, relacionando el espacio (una lista ordenada) con hechos o cualidades (una sublista dependiente de la primera). Y aún hoy funciona, haz la prueba.

Construye tu propio palacio mental fácilmente

1. Elige tu palacio

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Tu palacio puede ser grande o pequeño, real o imaginario, con tantas habitaciones, muebles y espacios como desees. Sin embargo, y para comenzar a utilizar esta técnica, te recomendamos empezar por algo más sencillo y familiar como tu casa.

2. Define una ruta para visitar tu palacio mentalmente

Para recordar cosas es esencial seguir un orden, y este se traduce en un itinerario específico dentro de nuestro palacio. Solo decide cómo y por dónde te moverás, como si fueras a enseñar tu vivienda a unos amigos.

3. Identifica los lugares en los que vas a guardar la información

Además de moverte por tu palacio, podemos escudriñar dentro de los muebles, armarios y habitaciones. Por ejemplo, puedes elegir poner los nombres, datos y direcciones de tus amigos o familiares en los armarios de la cocina, y los de tus compañeros de oficina en el escritorio de tu palacio imaginario.

4. Utiliza símbolos

No tienes que guardar la información en bruto, coloca objetos y símbolos que te evoquen las cosas que debes recordar.

Tres ejemplos sencillos para practicar

Una vez que hemos creado nuestro palacio mental y hemos distribuido la información en él, solo debemos transportarnos mentalmente hasta esos muebles, habitaciones o itinerarios para recordar aquello que necesitemos. Veamos tres ejemplo sencillos.

1. La lista de la compra

Imaginemos que debemos memorizar nuestra lista de la compra. Los ítems a recordar son: lechuga, cebollas, bacón y zumo de naranjaPara memorizar la lista debemos crear mentalmente un hipotético recorrido por nuestro «palacio». Sería algo así:

Entro en casa y dejo mi abrigo verde lechuga y mis zapatos color cebolla en la entrada. Después entro en la cocina y encuentro a Kevin Bacon tomando un zumo de naranja...

2. Personas, nombres, relaciones familiares, recuerdos, fechas, acontecimientos históricos…

Entro en casa y saludo a Joaquín en el recibidor, el tendero de la esquina que ha venido con Ana, su mujer. Al entrar en el salón encuentro a Carlos, el arquitecto, junto a su mujer, María, que viste chándal porque trabaja en un gimnasio. Si miro por la ventana puedo ver a sus hijos –Blanca, Lucía y Pablo– que juegan en el patio. En el sofá del salón encuentro a los vecinos del 4ºB, Alberto y Raquel. Alberto lleva un libro porque es escritor…

Podríamos seguir así tanto como quisiéramos, precisando aún más en los detalles de cada persona o habitación. Podremos, además, inventar cosas estrambóticas que nos ayuden a fijar los contenidos. Por ejemplo:

«Paso al salón y encuentro a Napoleón sobre su caballo, lleva una pistola del calibre 1805 y un mapa de París con un arco dibujado. 

Esta escena me recuerda que: Tras ganar al batalla de Austerlitz en 1805, Napoleón decide construir el Arco del Triunfo en París.

Como ves, es muy sencillo y nuestra mente permite crear un sin fin de palacios mentales, hoteles, casas o urbanizaciones, con tantas habitaciones como datos necesitemos guardar. Solo necesitarás algo de práctica y verás que es muy sencillo o ¿es que no recuerdas la lista de la compra de nuestro ejemplo?

Fuente: mostlymaths.net, WikiHow

Imagen de portada: Doreen Sacher / Shutterstock

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