Fidel te vigila
Ser un personaje poderoso e influyente implica, inexorablemente, generar tanto amigos como enemigos. Lo segundo es siempre más fácil que lo primero y eso lo sabe muy bien Fidel Castro, ex-mandatario de Cuba.
Y es que, al parecer, hasta 2007 se contabilizaron 638 planes o intentos de asesinar al militar cubano. Todas estas maquinaciones, que evidentemente fracasaron, fueron ideadas por todo tipo de organizaciones, desde la CIA a la mafia pasando por los gobiernos de diversos países.
Como primer ministro y presidente, el mandato de Castro se extendió desde 1959 hasta 2008. Y, a día de hoy, tiene el dudoso honor de ser el dirigente de Estado al que más veces han intentado asesinar.
Considerado un gran líder por los partidarios castristas y un dictador déspota por sus opositores, lo que sí es cierto es que las relaciones políticas de Cuba con el resto de países han sido «un poco tensas» debido al carácter autoritario de Castro.
«638 veces han intentado matarme y aquí sigo»
Especialmente difícil ha sido su relación con EE. UU., debido a unas «diferencias de opiniones» a principios de los 60. Con ningún trato diplomático oficial desde esa década hasta bien entrado el 2014, Castro suponía un quebradero de cabeza para el gobierno estadounidense.
Conscientes de que Fidel era la cabeza de todo el sistema político en Cuba, EE. UU. pensó en apartarlo de la poder de la forma en que se silencia a los líderes políticos en las películas (y, al parecer, en la vida real), es decir, asesinándolo.
Una cosa que podría parecer sencilla resultó convertirse en una auténtica misión imposible. Tanto es así, que idearon las formas más absurdas para matar a Castro, pero nunca tuvieron éxito. Relatar las 638 sería una tarea ardua, por eso hemos escogido los 10 intentos que nos han resultado curiosos, estrambóticos e insólitos.
Puros explosivos
La imagen de Castro está inevitablemente asociada a su barba y a un puro. Famosa es la afición del ex-dirigente por los habanos. Sabiendo esto, la CIA planeó introducir suficiente material explosivo en uno de sus cigarros para que muriese al detonarse justo enfrente de sus narices. Era 1967 y, finalmente, este plan más propio de los dibujos animados no pudo llevarse a cabo.
Moluscos explosivos
La fascinación de Fidel por el submarinismo fue también algo que la CIA vio como una oportunidad para acabar con su vida. Se invirtió una gran cantidad de dinero en idear un manera de convertir unos cuantos moluscos caribeños en un explosivo mortal. La idea era pintarlos de colores llamativos para así llamar la atención del dictador y una vez se acercase a ellos… Ya os podéis imaginar all resto. Evidentemente, este plan tampoco tuvo éxito.
El traje de buzo mortal
Seguimos con la afición de Castro por surcar las aguas submarinas. En 1975, el Comité de Inteligencia del Senado de EE. UU. planeó obsequiar a Castro un traje impregnado de esporas, hongos venenosos y un montón de sustancias nocivas que acabarían con su vida. El encargado de regalarle este traje era el abogado James B. Donovan, quien estaba manejando la negociación para la liberación de los prisioneros de Bahía de Cochinos. No se sabe por qué motivo, Donovan decidió entregar un traje diferente al mandatario.
Eliminar primero su barba
Este plan no era exactamente para matarlo, pero el gobierno de EE. UU. pretendía minar su influencia y su imagen en el pueblo cubano. El plan consistía en impregnar sus zapatos o uno de sus puros con una sustancia química que se utilizaba en los productos depilatorios. Su absorción cutánea o su inhalación provocaría la caída del pelo y, por consiguiente, la icónica barba del dirigente desaparecería. La idea era mostrarle cómo una persona más, sin la autoridad y poder que ofrecía su tupido bello facial de cara al público. Finalmente se desecho esta idea.
Drogarlo con LSD
En su esfuerzo por desacreditarlo y minar su imagen pública, la CIA pensó en rociar un estudio de televisión entero con LSD. La idea era que, cuando Fidel fuese allí a que le hiciesen una entrevista, el LSD le provocara efectos alucinógenos haciendo que actuase como un loco. De esta forma, la gente pensaría que había perdido el juicio y tal vez dejarían de confiar en él. Sumamos este plan a la lista de los fallidos.
El batido envenenado
Este plan fue lo más cerca que estuvo la CIA de acabar con la vida de Castro. En 1963, Fidel se encontraba en el hotel Hilton de La Habana. El camarero encargado de atenderle debía introducir una pastilla con veneno en la bebida que iba a tomar, pero, cuando se disponía a hacerlo, la pastilla quedo pegada en la pared de la nevera y al intentar despegarla todo el veneno acabó derramado en el suelo.
Pluma estilográfica de la muerte
La CIA fabricó una pluma estilográfica que llevaba incorporada una aguja hipodérmica extremadamente fina. La idea era que Castro no sintiese el pinchazo cuando alguien chocase accidentalmente con él y le inoculase un veneno mortal gracias a este artilugio. Como ya podréis imaginar, este plan fue también un completo fracaso.
El tabaco mata
Tras el intento de hacerle volar por los aires con un habano explosivo, la CIA no renunció a los puros como forma de acabar con la vida de Fidel. Se contrató a un agente para que le hiciera llegar a Castro un puro al que habían inyectado una toxina mortal. Finalmente y por motivos desconocidos, el puro nunca llegó a su destino.
La amante mortal
Marita Lorenz fue una de las muchas mujeres que conquistaron el corazón de Castro. Marita acepto una oferta de la CIA para acabar con la vida de su amante. Debía conseguir que Castro ingiriese unas pastillas con veneno para acabar con su vida y existen varias versiones que relatan por qué Marita no pudo llevar a cabo dicha misión.
Una de ellas dice que escondió las pastillas en un bote de crema facial donde se deshicieron y ya no pudo utilizarlas. En otra, Fidel descubrió su plan y le entregó un arma diciendo «si quieres matarme, hazlo con esta arma», pero su amante no pudo hacerlo debido a que lo amaba demasiado. Sea cual sea la verdadera historia, la muerte hubo de seguir esperando.
El pódium explosivo
Uno de los intentos más recientes de acabar con la vida de Castro se remonta al año 2000, durante la visita del dirigente a Panamá. Un ex-agente de la CIA planeó colocar 90 kg de explosivos bajo el atril donde el dirigente cubano tenía pensado dar un discurso.
Como podéis imaginar, estas son solo una pequeñísima parte de los planes frustrados para matar al militar Cubano. Ataques con bazucas, servilletas envenenadas o ametrallarlo con una falsa cámara son también intentos de acabar con su vida que no llegaron a buen puerto.
Fuente: Wikipedia, 20 minutos, RT, Artículo por La voz del muro
