La planta medicinal más versátil: el diente de león. Conoce todo lo que puede hacer por ti

Publicado 18 abril, 2017 por Alberto Díaz - Pinto
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Además de quedar de fábula como pisapapales, los dientes de león poseen un gran número de propiedades medicinales que muchos desconocen. De hecho, suele ser vista como una mala hierba, aunque paradójicamente nos comamos sus hojas en las ensaladas. 

Entre otros componentes, el diente de león contiene vitaminas A, B y C, ácido fólico, potasio, silicio, hierro y taninos, convirtiéndola en una planta muy polifacéticaA continuación veremos cómo podéis utilizar esta maravillosa planta:

Tratamiento para la anemia

Tomar diente de león ayuda a recobrar los valores normales de hierro en el organismo. Esto se debe al alto contenido en hierro de la planta, así como a su propiedad digestiva, la cual ayuda a absorber y almacenar este mineral.

Lo más adecuado es preparar una infusión con el uso de la hierba seca. Para ello, añade un par de cucharadas de la hierba al agua y retírala del fuego cuando empiece a hervir. Tapa la taza o el vaso y deja que repose. Después cuélalo y añádele azúcar o miel para endulzarla, puesto que esta infusión es un poco amarga. 

Toma esta infusión 3 veces al día, hasta que tus niveles de hierro mejoren.

Remedio natural para el estreñimiento y la distensión abdominal

Esta planta actúa como laxante suave que estimula el apetito en personas convalecientes, aumenta la producción de bilis, alivia el estreñimiento y los trastornos gástricos.

Para disfrutar de sus beneficios, elabora una infusión con la hierba seca (tal y como hemos explicado para la anemia) y tómala de 3 a 4 veces al día.

Desequilibrio hormonal

El diente de león resulta bastante útil para estimular el hígado. Del mismo modo, ayuda al cuerpo a despejar la acumulación de toxinas, que en algunos casos estas pueden alterar el balance hormonal de tu organismo.

Llena una jarra de 3 litros de agua con flores de diente de león, échale 1 Kg. de azúcar y mezcla. Tapa la mezcla y déjala en reposo durante 3 semanas. Añade el elixir resultante a tu té en lugar de azúcar (1 ó 2 cucharadas)

Enfermedades de la piel

Los carotenoides presentes en sus raíces ayudan a gozar de una piel sana. La cataplasma de diente de león es muy alcalina y tiene propiedades anti-hongos, que hacen eficaz para el tratamiento de las infecciones fúngicas y microbianas de la piel. Tened cuidado de que no entre en contacto con los ojos si lo aplicáis en la cara. Esta pasta también es buena para tratar la tiña, el picazón, piel escamosa y  eccema.

Para elaborar una infusión de raíz seca de diente de león, lleva 1 cuarto de litro de agua a ebullición en una olla. Pica 1/2 a 2 cucharaditas de raíz seca, échalas en la olla y deja que hiervan de 5 a 10 minutos. Retira del fuego y cuela la infusión. Tomar antes de las comidas, 3 veces al día.

Mascarilla para el pelo

Lavar regularmente el pelo con infusión de diente de león le dará un aspecto más sano, evitando un cabello graso, seco o quebradizo. Veamos cómo podéis elaborar esta mascarilla:

En una olla, cuece un puñado de hojas frescas de diente de león. Cuando se enfríe, aplica por el cuero cabelludo y por toda la longitud del cabello. Acto seguido tapa tu cabeza con una toalla durante 30 minutos y, transcurrido el tiempo, lava tu pelo normalmente.  

Confitura de diente de león

Otra manera fabulosa de aprovecharnos de los increíbles beneficios de esta planta es realizando una confitura natural a partir de sus flores.

  1. Para ello usaremos las flores amarillas, procurando quitar las hojitas pequeñas que la rodean y quedarnos solo con los pétalos. Luego, estos se cubren de agua completamente y se ponen a hervir en una cacerola abierta durante unos 20 minutos. 
  2. Cuando lo tengamos dejamos reposar varias horas, o incluso toda una noche, para posteriormente filtrar y utilizar el líquido. 
  3. A la cantidad de líquido que hemos obtenido se le añade la misma cantidad de azúcar y el zumo de dos limones, para volver a hervir en una cacerola abierta hasta obtener la densidad deseada (como una mermelada normal). 
  4. Después vertemos el líquido espeso obtenido en frascos, previamente hervidos, que cerraremos herméticamente para, una vez fríos, disfrutar de nuestra deliciosa confitura.


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