Rumanía es un destino turístico desconocido para muchos, posiblemente porque muchos de sus tesoros y patrimonio cultural permanecen en el más estricto anonimato. Lo cierto es que el país latino esconde algunos secretos fascinantes como el que venimos a mostraros hoy.
En la espesura de los bosques del valle del río Vițău, cerca del actual pueblo de Putna, existe un lugar al que acuden todos los años miles de turistas y peregrinos. Se trata de
una capilla excavada en la roca por un monje llamado Daniil Sihastrul (San Daniel el Ermitaño) hace más de 500 años.
Pero lo más insólito de su obra es que fue
excavada en la roca con un cincel
. De ahí que tardara
15 años en terminarla
. Hoy es un enclave religioso por el que muchos, creyentes y no creyentes, se sienten atraídos por visitar.
San Daniel el Ermitaño fue el monje confesor de San Esteban el Grande, príncipe de Moldavia (1457-1504). Su necesidad de soledad le llevó a adoptar, dentro del dogma de la Gran Skema, una forma de vida reservada a los monjes más solitarios, con un nivel espiritual más alto, y que viven solos en bosques, cuevas o desiertos
Como ermitaño se retiró a un bosque cerca del actual pueblo de Putna. Allí encontró una roca gigantesca donde, se cree, excavó esta pequeña capilla
15 años fue el tiempo que tardó en dar forma a su remanso de paz, retiro y soledad espiritual, que cinceló con sus propias manos
Actualmente la capilla es un lugar de peregrinaje de muchos creyentes, aunque hay otros que simplemente se sienten atraídos por la vida del monje ermitaño y lo que fue capaz de construir
El lugar consiste en una pequeña capilla y, bajo ella, una habitación -también excavada en la roca-, la cual utilizaba como celda
San Daniel vivo allí durante varios años y, según narra la tradición, fue allí donde Esteban el Grande le visitaría con frecuencia, buscando la confesión y la sabiduría del ermitaño
Lo cierto es que si visitáis Rumanía alguna vez, una de las visitas obligadas es la de esta encantadora capilla
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