¿Un palacio sobre un barco? Existieron hace 2000 años. Los barcos más grandes de la antigüedad

Publicado 30 septiembre, 2016 por Alberto Díaz - Pinto
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Desde la antigüedad, los hombres hemos sentido la necesidad y, por qué no, curiosidad de surcar los mares. De hecho, griegos, romanos y egipcios, en los albores de las grandes civilizaciones, ya mostraban su interés por construir barcos de gran tamaño o megabarcos.

Desde expediciones marítimas al simple transporte de pasajeros y mercancías, los barcos eran indispensables para el comercio o como armas de guerra.

Lo cierto es que muchos de los grandes gobernantes de la antigüedad lo sabían, y por eso mandaron construir algunos de los barcos más impresionantes, cada uno en su contexto, que hayamos visto antes.

Siracusia, el navío más grande de la antigüedad

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Hacia el año 240 a. C., el rey Hierón II de Siracusa mandó al prestigioso inventor y científico Arquímedes la construcción del navío más grande jamás construido hasta entonces. Este, por su parte, superó todas las expectativas.

Con 55 metros de eslora, aunque algunas fuentes hablan de 110 metros, y 14 metros de manga, el tamaño del Siracusia era realmente colosal para la época. Su capacidad de carga era asombrosa: entre 1.600 y 1.800 toneladas, donde podían entrar hasta 1.940 pasajeros, entre soldados y tripulación, sin contar los 20 caballos con sus respectivos establos.

Incluso tenía 142 camarotes para pasajeros de primera clase, así como un montón de dependencias recreativas, tales como gimnasio, biblioteca, sala de dibujo, termas, sala de lectura en forma de reloj de sol, comedor, un templo dedicado a la diosa Afrodita y varios jardines.

Si queréis conocer más información acerca del Siracusia, podéis pinchar en el siguiente enlace.

Tessarokonteres, el supercatamarán de combate

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Mandado construir por el rey Ptolomeo IV, este megabarco estaba compuesto por dos cascos, a modo de catamarán gigantesco.

Según las fuentes históricas, el Tessarokonteres tenía 124 metros de eslora y 17 de manga, con una altura de 21 metros. Disponía de cuatro timones y se cuenta que en su viaje inaugural iban a bordo 4.000 remeros, más otros 400 marineros y casi 3.000 soldados. Como barco de combate que era, tenía espolones de varias medidas para atacar a los barcos enemigos, aunque al parecer nunca llegó a entrar en combate, pues no existe ninguna evidencia que corrobore este hecho.

La Thalamegos, el palacio flotante de Ptolomeo IV

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Encargado también por Ptolomeo IV, la Thalamegos era un palacio flotante de 90 metros de eslora, 13 metros de manga y 17 metros de altura. Al igual que el Tessarakonteres, tenía forma de catamarán pero, a diferencia de este último, era un barco fluvial pensado para navegar por el Nilo.

En realidad era un palacio flotante que disponía de cubiertas dobles de 160 metros de longitud perfectas para pasear y contemplar las vistas, salas de banquetes, dormitorios y templetes dedicados a la diosa Afrodita. Fue construida con los materiales mas lujosos de la época, como madera de ciprés y cedro, mármol, marfil y oro. Duró casi dos siglos, e incluso César y Cleopatra disfrutaron de la Thalamegos durante sus escapadas amorosas.

Leontophoros, un megabarco de guerra

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El Leontophoros, que significa «portador de leones», fue un navío construido en Heraclea a instancias de Lisímaco hacia el año 210 a. C.

El octomerre -el tipo del barco- tenía 130 metros de eslora y 18 metros de manga, y era propulsado con remos.

Eran necesarios ochocientos remeros por cada lado para propulsarlo, es decir, un total de 1.600. La cubierta podía acoger a otros 1.200 soldados. A diferencia de otros megabarcos de la época, este sí que participó en combate pues, según Memnón, fue responsable de la derrota de Antígono II por Ptolomeo en el 280 a.C.

Los barcos palacio de Calígula

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Durante su corto reinado, marcado por la crueldad, la opulencia y el hedonismo, Calígula solía escapar frecuentemente del bullicio de la capital para entregarse a sus más que cuestionables pasiones. Para ello mandó erigir dos colosales barcos de 70 metros de eslora y 20 de manga, los cuales se mantenían anclados en el lago Nemi.

Ya se habían construido barcos más grandes, pero los megabarcos de Calígula sobresalían especialmente en los materiales y la tecnología empleados. Así pues, sus naves fueron decoradas con pan de oro, mármoles, mobiliario lujoso, jardines, suelos de mosaico, añadiendo para su comodidad lo último en tecnología de la época: conducciones de agua fría y caliente.

Los famosos barcos de la reina Hatshepsut

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Los egipcios navegaban por alta mar en grandes navíos con remos y velas cuadradas tan impresionantes como el modelo de este papiro. Estos barcos tenían 90 metros de eslora y 30 metros de manga, por lo que eran colosales para la época.

Una de las expediciones más famosas fue la enviada por la reina Hatshepsut a la tierra de Punt en el décimo quinto año de su reinado, aproximadamente en el 1.475 a. C., para la que mandó construir un barco gigantesco con madera de sicomoro.

Vía: Revista de historia
Fuentes: lavozdelmuro, labrujulaverde, embarcacionespeculiares, wikipedia (Leontophoros), arquehistoria, ireneu

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