Tener una relación con una persona con la que sientes una conexión especial, con la que te diviertes, te pasas las horas enteras hablando y piensas en ella todo el tiempo, es algo muy bonito y a la vez difícil de encontrar.
Pero una vez que la encuentras sabes que no debes dejarla escapar. Aunque el mundo os ponga delante todas las dificultades imaginables, si estás a gusto con ella, las superaréis sin «problemas».
Una de las peores pruebas que puede soportar una relación es la distancia. Muchas personas creen que es imposible que una pareja supere este escollo, pero la artista y dibujante Viola Wang está convencida de que, si las 2 personas ponen de su parte, todo es posible.
Y no lo dice por decir, habla desde su propia experiencia. Viola ha mantenido una relación a distancia con su pareja durante varios años, por lo que sabe todo lo que hay que saber sobre el asunto. Para ayudar a todas las personas que pasan por una situación similar, Viola ha dibujado una serie de viñetas que refleja las sensaciones y situaciones más comunes que producen este tipo de uniones.
Siempre te falta tu ser amado
Los cumpleaños y días festivos son especialmente difíciles
La mala conexión a internet te vuelve loca regularmente
Pero vale la pena, porque hablar con él hace que tu día sea perfecto
A veces, las casualidades pueden desencadenar recuerdos que te hacen reír (o llorar)
Viajar para verse no siempre es fácil
Pero cuando se consigue organizar un plan, es la cosa más emocionante del mundo
Contar los días se puede convertir en tu actividad favorita
El momento de ir al aeropuerto es el mejor de tu vida
Cuando finalmente ves a esa persona, no hay palabras para describir la alegría
Sabes apreciar cada momento que pasáis juntos
Todo es tan cómodo que parece que nunca habéis estado separados
La última noche siempre es la más difícil…
Pero no pasa nada, porque sabes que la distancia significa muy poco cuando alguien es tan especial para ti
Hasta que vuelves a verlo
Fuente: Design you trust, Artículo e imágenes traducidas y adaptado por La voz del muro