El mundo animal nunca dejará de sorprendernos. Hace unos pocos días veíamos como un ganso pedía ayuda a un hombre porque se había desorientado. Un comportamiento bastante curioso ya que los gansos salvajes no suelen ser muy sociables.
Hoy nos encontramos con un animal mucho más grande y que, podríamos pensar que nunca necesita nuestra ayuda. Nada más lejos de la realidad, ya que las ballenas son unos de los animales más desprotegidos de nuestro ecosistema marino.
La historia se desarrolla en las costas australianas de Nueva Gales del Sur, donde los pescadores Michael Riggio e Ivan Iskenderian pasaban una tranquila jornada.
En un momento de la mañana una ballena azul se acercó a la embarcación, dio vueltas alrededor de ella en incluso llego a golpear suavemente la embarcación en un intento por llamar la atención de sus ocupantes. No daban crédito a lo que estaban viendo cuando se fijaron en la boca del cetáceo.
«La ballena se acercó un par de veces a nuestra embarcación, sacando incluso la cabeza fuera del agua. Ahí fue cuando nos dimos cuenta de que tenia unas lineas de pesca y una bolsa atascadas en la boca. Sus ojos mirándonos fijamente eran bastante claros, estaba pidiendo ayuda» declaró Iskenderian.
Sin salir de su asombro, los 2 pescadores se pusieron manos a la obra intentando alcanzar la boca del animal para poder quitarle la bolsa de plástico y las lineas de pesca.
Finalmente Ivan Iskenderian consiguió llevar a cabo su objetivo y liberar al animal de aquellos objetos que le estaban molestando e incluso podían haber empezado a provocarle la asfixia. Tras la ayuda del chico, la ballena se fue, no sin antes agradecerles con su aleta la ayuda recibida.
«No lo podía creer, estábamos ahí riéndonos pero no podía creer lo que estaba pasando» dijo el chico.
Una bonita historia con un final feliz y que nos hace darnos cuenta de lo peligroso que puede llegar a ser para los animales marinos que los humanos no tengamos cuidado con dónde depositamos nuestros residuos.
Fuente: Sinembargo
