El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente de España ha presentado su estrategia: «Más alimento, menos desperdicio» para combatir el consumo desmedido y el despilfarro de comida. Para ello, ha presentado una extraordinaria guía informativa llena de consejos y trucos con los que mejorar nuestra alimentación, salud y bolsillo. Descúbrela con nosotros.
Mientras que cientos de personas mueren de hambre, en el mal llamado «primer mundo» nos permitimos le lujo de tirar toneladas de comida cada año. Un tremendo desperdicio con consecuencias terribles para nuestro planeta.
Los consumidores creemos que la mayoría de la comida se echa a perder en el transporte, almacenaje o venta, pero lo cierto es que son los hogares los responsables del 42 % del desperdicio. Para frenar esta tendencia, los expertos nos dan estos 10 consejos:
La mejor manera de ahorrar y reducir el desperdicio es realizar buena planificación, evitando las compras compulsivas o ir al supermercado con hambre.
Para ello, revisa tu despensa y frigorífico, y elabora por escrito un menú semanal. Prioriza aquellos productos que van a caducar próximamente y apunta en la lista de la compra lo que falte.
Haz una compra responsable: revisa la despensa y el frigorífico. Haz una lista y compra sólo lo que necesites
Dedica tiempo a leer y comprender los etiquetados de los alimentos. Solo así serás consciente de su composición y si sus ingredientes son buenos para ti y tu familia. También así podrás comprobar de primera mano y con antelación las fechas de caducidad o consumo preferente.
Cuidado con picar con las ofertas. Puede resultar más barato comprar 3 por el precio de 2, pero si solo puedes comer uno antes de su caducidad, habrás tirado el dinero.
Una vez en casa, deberás conservar de forma adecuada los alimentos. Si tienes duda, revisa la etiqueta o consulta este artículo. Hay cientos de productos que no deben conservarse en la nevera.
No esperes a congelar aquello que no puedas comer. Si dudas de que puedas consumirlo en tiempo y forma, opta por congelarlo antes de que se oxide y pierdas sus propiedades.
Una gran idea para reducir el desperdicio es congelar en porciones, ya sean ingredientes crudos que comidas elaboradas.
Trata de elaborar un menú equilibrado basado en productos de temporada, que además de ser más baratos, son más naturales y su huella ecológica es menor.
Por ahorro, por evitar desperdicios, pero sobre todo, por salud. Cocinar las raciones justas es una gran idea que nos permitirá mantenernos fuertes, sanos y en línea. Eso sí, calcula las raciones según la persona, y no apliques para todos la misma.
Solemos servir a todos el mismo plato de comida, pero un adolescente no necesita la misma cantidad de comida que un adulto o un anciano. Además de la edad, también el ejercicio físico y hora del día (desayuno, comida, cena) determinan la cantidad.
Tenemos internet, televisiones extraplanas, móviles de última generación pero de cocinar… mejor no hablamos. Cada vez más jóvenes recurren a la comida precocinada porque no tienen ni idea de cocinar. Pero esto es un completo error.
Debemos recuperar nuestra apreciada dieta mediterránea y los productos típicos de la tierra. Como típico de nuestras abuelas era también reutilizar las sobras.
Platos tradicionales como la ropa vieja, las croquetas de cocido, migas, las empanadas, el pudín… u otras opciones modernas como el sandwich, las ensaladas con tropezones o cualquier otra. Existen muchos platos que pueden elaborarse a partir de sobras de carnes, pescados y verdura. Sé imaginativo.
Tal vez no sean alimentos, pero los envases si son desperdicios y debemos reducir su consumo. Compra productos a granel, y si te ves obligado a comprar envases, reutilízalos como tupper o recipiente para congelar. Cuando debas tirarlos, recuerda depositarlos siempre en los contenedores de reciclaje.
También puedes elaborar compost de calidad con tus residuos orgánicos, es muy sencillo y con él, tus plantas crecerán más y mejor. Aquí tienes una guía.
Si comes en la oficina, aplica todo lo aprendido para elaborar tu menú en tupper. Así, podrás preparar la comida con antelación y cabeza, crear una ración apropiada para ti y reducir los desperdicios en comida y envases.
Los restaurantes tiran una grandísima cantidad de comida y es en parte por culpa de los clientes. Todos debemos hacer un ejercicio de responsabilidad para reducir los desperdicios, comenzando por informar al camarero de nuestras necesidades.
Para empezar: no comas por los ojos. Pide los platos con cabeza y si crees que es demasiado grande, pide una ración reducida. Si te ofrecen guarniciones, y no vas a consumirla, no las pidas.
Y por último, pide tus sobras para llevar. Que no te de vergüenza, esta costumbre anglosajona ha llegado para quedarse y ya son muchos los restaurantes que ofrecen este servicio. Al fin y al cabo, es tu comida, la has pagado y con ella puedes elaborar un plato de aprovechamiento en casa.
Estos consejos y mucha más información detallada podrás encontrar en la guía «Más alimento, menos desperdicio». Un libro útil e interesante que todo el mundo debería leer.