10 datos interesantes sobre lo que pasaría en la Tierra si nos extinguiéramos

Publicado 4 septiembre, 2020 por Tamara Lopez
apocalipsis
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La especie humana lleva habitando el planeta tierra durante miles de años, e incluso hemos llegado a dominarlo. Sin embargo, antes de que nosotros existiésemos, otra especie dominaba el planeta: los dinosaurios. Éstos acabaron desapareciendo hace más de 60 millones de años.

En la actualidad, debido a amenazas como el cambio climático o la presente pandemia de coronavirus, cada vez son más las personas que advierten que nuestra existencia está en peligro. 

¿Alguna vez te preguntaste qué pasaría si algún día los seres humanos dejamos de existir? Sigue leyendo para descubrir 10 datos interesantes sobre lo que pasaría en la tierra si nos extinguiésemos. 

1. La nueva especie dominante

Murciélago

Al igual que nosotros reemplazamos a los dinosaurios como dominadores de la tierra, ¿quién reemplazaría a la especie humana si dejase de existir?   

Para hallar la respuesta a este hipotético escenario, los científicos Hannah Fry y Adam Rutherford consultaron al biólogo especializado en animales Matthew Cobb. Según Cobb, hay diferentes formas de definir lo que constituye una especie «dominante». Una puede ser cuál es la más numerosa. En ese sentido, Cobb apunta a los insectos, que hoy en día son, por mucho, la forma de vida más cuantiosa.

Sin embargo, la respuesta es mucho más compleja y existen diversas opiniones. La experta Kate Jones, por su parte, sostiene que la especie dominantes es y será el microbio, o una especie que pueda adaptarse a las nuevas condiciones.

Por otro lado, Dixon, siguiendo los principios básicos de la selección natural, predijo que el mundo estará dominado por murciélagos de un metro y medio y roedores gigantes. 

2. Un chorro de radiación y montañas de deshechos

Central nuclear

Ante la falta de supervisión humana, las fallas en las refinerías de petróleo y las plantas nucleares no serían controladas, lo que probablemente resultaría en incendios masivos, explosiones nucleares y devastadoras precipitaciones nucleares. Según Weisman, habría un chorro de radiación si de repente desaparecemos.

De manera similar, a raíz de nuestra desaparición, dejaríamos montañas de residuos. Gran parte de ellos serían plásticos, que probablemente persistirían durante miles de años, con efectos sobre la vida silvestre.

Mientras tanto, los desechos de petróleo que se vierten o se filtran en el suelo en sitios industriales y fábricas serían degradados y reutilizados por microbios y plantas, lo que probablemente llevaría décadas. 

3. Ciudades agrietadas e inundadas

Ciudad en ruinas

Mientras se desarrolla ese legado contaminante, el agua subterránea en las ciudades corroería las estructuras metálicas que sostienen las calles sobre los sistemas de transporte subterráneos, y avenidas enteras colapsarían, transformadas repentinamente en ríos de media ciudad, explicó Weisman.

Durante los inviernos sucesivos, sin que los seres humanos realizaran un deshielo regular, los pavimentos se agrietarían, proporcionando nuevos nichos para que las semillas echen raíces -llevadas por el viento y excretadas por aves que sobrevuelan- y se convertirían en árboles que continuarían el desmembramiento gradual de pavimentos y caminos. Lo mismo ocurriría con los puentes.

En la propia investigación de Weisman, esta pregunta le llevó, en primer lugar, a las ciudades donde se desarrollarían algunos de los cambios más dramáticos e inmediatos, gracias a una repentina falta de mantenimiento humano. Sin gente que maneje bombas que desvíen las lluvias y las aguas subterráneas, las zonas subterráneas de enormes ciudades en expansión como Londres y Nueva York se inundarían a las pocas horas de nuestra desaparición.

4. La naturaleza tomará las calles

Con este nuevo hábitat haciéndose camino, la naturaleza conquistaría la selva de hormigón de las ciudades, creando pastizales, arbustos y densos árboles. Esto supondría la acumulación de material orgánico seco, como hojas y ramitas, proporcionando el forraje perfecto para los incendios provocados por rayos, que quemarían edificios y calles, arrasando potencialmente partes enteras de las ciudades. 

Pos su parte, Weisman añade que los incendios van a crear un montón de material carbonizado que va a caer a la calle, y que será idóneo para alimentar la vida biológica.

5. Los vanguardistas edificios de cristal y metal serían los primeros en caer

Edificios de cristal incendio

Durante cientos de años, a medida que los edificios son sometidos a daños causados por la erosión y el fuego, se degradarían. Los primeros en caer serían las estructuras modernas de vidrio y metal, que se romperían y se oxidarían.

Sorprendentemente, los edificios que durarán más tiempo son los que están hechos de la propia Tierra, como estructuras de piedra. Eventualmente los skylines definidos e icónicos que conocemos tan bien hoy en día, ya no existirían.

6. Habría un gran aumento de la diversidad

insecto

Mirando más allá de los límites de la ciudad hasta las grandes extensiones de tierras agrícolas que actualmente cubren la mitad de la superficie habitable de la Tierra, habría una rápida recuperación de insectos, ya que la aplicación de plaguicidas y otros productos químicos cesa con la desaparición de la humanidad.

Una vez que los insectos aumentan en número, los pájaros y las plantas harán lo mismo. Los hábitats circundantes se recuperarán, libres de la influencia de largo alcance que los productos químicos tienen en los ecosistemas de hoy. Eso, a su vez, alentará a más vida silvestre a mudarse y tomar residencia en las ciudades.

Esta transición provocara un incremento en la biodiversidad a nivel global. El mundo solía ser excepcionalmente rico en estas especies. Pero eso cambió cuando los humanos comenzaron a extenderse por todo el planeta, cazando animales e invadiendo sus hábitats.

7. Los niveles de CO2 tardarían miles de años en eliminarse de la atmósfera

Unsplash.com

Los niveles actuales de CO2 en nuestra atmósfera ya tardarán miles de años en desaparecer completamente de la misma. Si el mar llega a su límite y más gases de efecto invernadero permanecen suspendidos en la atmósfera, el calentamiento continuo conducirá a un mayor derretimiento de los casquetes polares, y la liberación de aún más gases de efecto invernaderoEsto se transformará en un ciclo continuo de retroalimentación que altera el clima.

Todo esto significa que podemos asumir con confianza que los impactos del cambio climático durarán mucho después de que nos vayamos.

8. El arte sería una prueba de que existimos

arte callejero graffities

Aunque desapareciésemos, algunas huellas de la humanidad quedarían, incluso decenas de millones de años después de nuestro fin. Una de esas huellas sería nuestro arte

La cerámica, las estatuas de bronce y los monumentos como el Monte Rushmore -en el que están tallados los rostros de cuatro presidentes de EE.UU- estarían entre nuestros legados más perdurables.

Nuestras transmisiones también perdurarían: la Tierra ha estado transmitiendo su cultura a través de ondas electromagnéticas durante más de 100 años, y esas ondas siguen en el espacio.

9. Los animales dóciles acabarían siendo devorados por los salvajes

leon cazando

La extinción de los humanos tendría consecuencias en la red alimentaria durante al menos 100 años, antes de que se estableciera una nueva normalidad.

Algunas razas salvajes de vacas u ovejas podrían sobrevivir, pero la mayoría fueron criadas como máquinas de comer lentas y dóciles que terminarán muriendo en grandes cantidades, volviéndose víctimas de carnívoros salvajes. Esos carnívoros incluirían a las mascotas humanas, más probablemente gatos que perros.

10. Los babuínos serían la esperanza de la vida inteligente en el planeta

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La pregunta de si la vida «inteligente» podría evolucionar nuevamente es más difícil de responder.  Existen varias teorías, pero entre los primates, el siguiente cerebro más grande por peso corporal es el del babuino, y se podría decir que sería el candidato más probable para sostener la continuación de la vida inteligente. 

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