En nuestro afán por haceros la vida mucho más cómoda y sencilla, hoy os traemos una remesa de trucos que, sin duda, te vendrán genial este verano. Toma nota y manos a la obra:
Inevitablemente, los helados vienen de la mano con el calor. Sin embargo, una de las cosas que más me sacan de quicio es que los de hielo siempre vienen llenos hasta el borde, teniendo que cortarlos para comerlos. Sin embargo, podemos evitarlo haciendo esto:
Antes de congelarlos, cuélgalos de la repisa del congelador con pinzas. Así, el líquido a congelar quedará todo abajo, pudiéndolos cortar con mucha facilidad.
Riquísimas, pero un verdadero engorro a la hora de pelarlas. Lo más fácil es ponerlas en el centro de un recipiente e ir cortando, lado por lado, con el cuchillo.
De este modo, el maíz quedará dentro del recipiente y estará listo directamente para comer.
Una gordura como un templo, pero irresistibles al mismo tiempo. Además, quedan genial para servir como postre en alguna comida o cena especial. Para prepararlos, lo primero que tienes que hacer es masa de galleta con pepitas de chocolate y estirarla sobre un papel de horno con un rodillo.
Después, en el reverso de un molde para hacer magdalenas, pon un poco de masa de galletas en la base tal que así.
Una vez lo tengas, coloca otra capa de masa de galletas por encima, cubriendo la capa anterior, haciendo forma de cuenco. Después refrigera durante un rato para que la masa asiente y, una vez esté fría, mete el molde en el horno durante unos 20 minutos a 180ºC. Es conveniente que las vigiles para que no se quemen.
Cuando lo tengas, desmonta los moldes con mucho cuidado.
Pon los cuencos de galletas en un plato y añádeles una bola de tu helado favorito -como sugerencia, el de stracciatella está de muerte-.
Después, decóralos con unos cuantos siropes y ponles una guinda encima. ¡No has probado cosa igual de rica!
¿Qué es un verano sin un refrescante baño en la piscina? Lo malo es que las bebidas que sacamos para acompañar el baño no duran frías demasiado tiempo, hasta ahora. Con una caja de plástico, unos churros acuáticos y un trozo de cordel, tendremos una nevera de piscina en un santiamén. Primero corta el churro en cuatro partes, uno por cada lado de la caja, midiéndolos previamente.
Después une con un cordel los churros de agua, pasándolo por el agujero. Acto seguido, haz un nudo resistente y verás que acabas de fabricar un flotador para tu caja.
Ahora solo tienes que llenarla de hielo y bebidas. A partir de ahora no volverás a saber lo que es pasar sed en la piscina.
La sandía es el postre por excelencia del verano y, por ello, vamos a enseñar como comértelo como si fuera un helado. Lo primero que tienes que hacer es cortar la sandía por la mitad y pelar una de las partes.
Cuando hayas quitado toda la cáscara, córtala en cuadrados.
Acto seguido cúbrela con un bol y dale la vuelta, con cuidado de no perder ninguno de los trozos en el camino.
Pincha unos cuantos palos de polos en el centro de cada uno de los cuadrados y ya tendrás una de las versiones más sanas y refrescantes de helados que existen. A los niños les encantará.
Con el calor, lo que más apetece beber es agua fresca. Para evitar beber agua caliente, este truco es infalible. Llena una botella de plástico pequeña hasta algo menos de la mitad.
Después métela tumbada en el congelador. Resérvala hasta esa ocasión en la que no haya nada de agua fresca.
Cuando eso pase, saca la botella del congelador y llénala de agua. En un par de minutos estarás disfrutando de un trago de agua helada.
Este truco te vendrá genial en los días de verano en los que una tormenta hace acto de presencia imprevistamente. También si tienes la piscina cerca a la conexión entre varias alargaderas. Lo único que vas a necesitar es un tupperware de plástico con tapa.
Con unas tijeras corta los extremos por los que pasarán los cables y listo. Coloca los enchufes dentro del tupperware y pon la tapa. Ahora ni tú ni tus hijos correréis peligro de electrocutaros.
Ese mágico momento en el que te dispones a darle una dentellada a tu helado favorito, cuando descubres que ha empezado a gotear por el pico del cono de galleta. ¿Familiar verdad? Bien, al menos cuando hagas tus propios helados en casa, esto no volverá a suceder. Para ello, antes de echar el helado dentro del cono, corta una nube por la mitad y métela en el cono. Esta hará de tapón.
Además, puedes echarle tranquilamente un chorreón de sirope de chocolate antes de poner el helado, pues ahora no se te caerá todo por debajo.
Coloca la bola de helado que más te guste y disfruta de tu capricho veraniego sin mancharte.
¿Qué es el patio de una casa donde hay niños sin un columpio? Pues lo mismo que una pizza sin tomate. Bien, antes que nada, veamos qué vais a necesitar: taladro, rotulador, tijeras, lija, mosquetón, cuerda y una pieza de madera redonda para el asiento.
Primero, lija los bordes de la pieza de madera para dejar su superficie completamente lisa.
Después, con un rotulador, señala el centro de la madera.
Posteriormente haz un agujero con ayuda del taladro.
Haz un nudo resistente de escalada en uno de los extremos de la cuerda y ponle el mosquetón.
Después, pasa la cuerda y el mosquetón por una viga de madera resistente o la rama de un árbol, siempre que sea capaz de aguantar el peso de un adulto sin ningún problema.
Utiliza el mosquetón para agarrar la cuerda por el otro lado.
Pasa el otro extremo por el agujero del columpio.
Haz varios nudos con fuerza.
¡Listo! Ahora tus hijos tendrán un nuevo sitio en la casa para divertirse.
Descúbrelos todos en el siguiente vídeo:
Vía: HouseholdHacker
