Los drones están adquiriendo cada vez un mayor protagonismo en numerosos aspectos de la vida cotidiana, como el cuidado de ovejas. Además, han revolucionado de manera considerable el mundo de la fotografía y, tal vez con ello, nuestra forma de ver el mundo.
Las siguientes fotografías no fueron tomadas desde drones, pero sí desde helicópteros, aviones y aviones no tripulados. Todas ellas han sido presentadas en la 27ª edición del Concurso de Fotografía de National Geographic Traveler, mostrándonos paisajes y acontecimientos naturales tomados desde ángulos prácticamente imposible de no haber sido por el importante desarrollo de la fotografía aérea.
En el concurso, que permanecerá abierto hasta el 30 de junio, incluye varias categorías, al igual que en otros de sus concursos, en las que pueden participar tanto fotógrafos profesionales como aficionados. Estas son las 10 imágenes más destacadas que, de momento, se han presentado al certamen:
Fotografía tomada desde un avión no tripulado en abril de 2015 por Anders Andersson.
Lauren Bath, la autora de la fotografía, nos cuenta cómo consiguió capturar este precioso momento: «mi amigo Guy sugirió volar sobre un campo que, por lo general, tiene caballos salvajes. Cuando nos acercamos con el avión, todo salió muy bien; los caballos salvajes corrieron a través del pantano y se perdieron a lo lejos. No es mi toma más nítida, pero esta foto tiene todo lo que me gusta en fotografía».
Imagen capturada por Sean Ensch durante un ejercicio práctico en un taller de fotografía aérea.
Achmad Sumawijaya cuenta que Cemoro Lawanag es una aldea al noroeste del Monte Bromo, en Java oriental, Indonesia.
Stuart Chape tomó esta fotografía del Teatro de la Ópera, el puerto y el skyline de Sydney mientras sobrevolaba la ciudad en helicóptero.
Ian Bird, el autor, comenta que algunos describen este lugar como la ola más peligrosa de Australia, debido a que rompe contra las rocas cubiertas de percebes -un crustáceo que crece sobre rocas batidas por el oleaje-. Con sólo unos pocos pies de profundidad, y a sólo diez metros de la pared del acantilado, si alguien se cae de la tabla o calcula mal algún movimiento, puede correr serio peligro.
Fotografía tomada por Jassen T.
Imagen capturada por Stuart Chape.
Gaston Piccinetti comenta que esta zona es el hogar de una gran variedad de animales. Elefantes, búfalos del Cabo, hipopótamos, impalas, cebras, ñus y antílopes son sólo algunos de los grandes mamíferos se pueden encontrar en abundancia, además de los leones, leopardos, perros salvajes africanos, guepardos y cocodrilos.
Ingrid Teda afirma que siempre va en busca de la foto perfecta. «No pude resistirme a ver esta hermosa maravilla natural por vía aérea. Mi mayor deseo es que protejamos fervientemente este arrecife para que las generaciones venideras puedan seguir admirando su belleza».
Fuente: twistedsifter