Si pensabais que la acetona solo servía para remover los restos de esmalte de la manicura de tus uñas, estabais equivocados. Este producto puede ser utilizado para un montón de tareas del hogar, en prendas de vestir e incluso en un ordenador portátil. A continuación te mostramos cómo:
La acetona puede ser utilizada para remover las manchas de tinta más rebeldes.
Si tienes problemas para limpiar el anillo de suciedad que suele crearse alrededor del desagüe de la bañera, echa un poco de quitaesmalte en la zona y deja que repose durante un par de minutos. Después pasa un trapo y la suciedad habrá desaparecido.
Qué mal sienta esto ¿verdad? Generalmente cuesta mucho trabajo remover los pegamentos extrafuertes de las manos, salvo si echáis una cantidad generosa de acetona en vuestros dedos y dejáis que actúe durante 30 segundos. Después lava tus manos con jabón y agua caliente. ¡Qué alivio!
Para eliminar pegatinas o restos que hayan quedado adheridos a cristales, vidrios o metales, no hay nada mejor que el quitaesmalte. Humedece un disco de algodón con el mágico producto y úsalo para limpiar los restos.
Los ordenadores portátiles blancos pueden parecer elegantes, pero el aceite y la suciedad de la piel pueden dejarlo sin brillo en menos que canta un gallo. Para combatir esto, echa una pequeña cantidad de acetona en un paño y pásalo por las zonas descoloridas.
Deshazte de las manchas del paso del tiempo en tu porcelana frotando con un paño mojado en acetona y verás que enseguida volverá a resplandecer como el primer día.
Empapa tus maquillas de afeitar desechables antes de usarlas para deshacerte de todos los gérmenes. Después lávala con agua y jabón y estará nuevamente lista para usar.
Si ves que un esmalte deja grumos en tus uñas después de pasar el pincel, es porque puede que hayan quedado restos pegados en él. Para evitarlo, sumerge la brocha en acetona y espera a que el esmalte se disuelva. Después puedes lavar con agua y jabón y usar como siempre.
Toma bastoncillos de algodón humedecidos en quitaesmalte y frota las juntas de azulejos para que recuperen su color original. También puedes dejar tus azulejos como los chorros del oro, si haces una mezcla de acetona y agua y friegas el suelo con ella.
Utiliza este truco en prendas de algodón o tela vaquera. Para ello, moja un algodón en una mezcla de agua y acetona y aplícalo sobre la mancha.
Moja un algodón en acetona y pásalo por las zonas más desgastadas de tus viejos zapatos de cuero para devolverles su antiguo esplendor. Cuando hayas hecho esto, dales una capa de crema hidratante inmediatamente para nutrir la piel.