Muchos estamos acostumbrados a tirar la comida tan pronto como llega la fecha de «consumir preferiblemente antes de…», pero lo cierto es que esto no siempre es necesario.
Las fechas que los productores ponen en los envases sirven para indicar cuánto tiempo conservará el alimento su calidad total, pero esto no quiere decir que no siga siendo comestible después de rebasarla. Es más, la mayoría de alimentos pueden consumirse días e incluso semanas después de haber superado dicha fecha.
Incluso hay algunos alimentos que realmente nunca se echan a perder. A continuación os mostramos algunos ejemplos:
Para que os hagáis una idea, los arqueólogos han encontrado miel recolectada en el Antiguo Egipto que aún era comestible. Con el tiempo, la miel se cristaliza, pero se puede calentar y consumir.
Debido a su menor contenido en proteína y agua, la mantequilla clarificada tiene una vida útil que la mantequilla normal.
Ya sea la típica sal de mesa, sal marina o cristales de sal, esta es básicamente indestructible. Manteniéndola seca y cubierta evitaremos que se apelmace, pero incluso si esto ocurre no afectará a su sabor y podrá ser comida igualmente.
Cuando el agua se almacena en botellas de vidrio, herméticamente cerradas y en un lugar fresco y oscuro, el agua estará lista para beber. El agua embotellada en plástico, sin embargo, tiende a volverse impura por el tiempo, por lo que en este caso sí conviene fijarse en la fecha de consumo.
Muy utilizado en la cocina, especialmente como espesante de salsas. Cuando se almacena adecuadamente, la maicena no se pone mala.
Los fideos y pastas secas durarán siempre, excepto si están hechas de trigo integral.
El arroz blanco como el basmati tiene una vida útil ilimitada, pero el arroz integral y el arroz de grano largo natural son perecederos debido a su mayor contenido en grasa.
Con el tiempo, el contenido puede cambiar de consistencia, color e incluso sabor, pero nunca se echan a perder. Si la lata se dañara, su vida útil ilimitada ya no estaría garantizada.
Cuando se almacena adecuadamente, el vinagre de vino blando destilado se puede utilizar para aderezar ensaladas, limpiar la casa y como desodorante natural durante mucho tiempo.
Del manera similar a la miel, el jarabe de arce nunca tiende a echarse a perder debido a su alto contenido de azúcar. Si se vuelve grumoso, simplemente calentándolo volverá a su estado líquido.
Las bacterias no pueden alimentarse de azúcar, por lo que no se acumulan en ellas. Básicamente, esto le da una vida útil ilimitada.
Incluso si las botellas han sido abiertas, el licor no se echa a perder y guarda su aroma durante mucho tiempo. Así que no tengáis prisa en dilapidar esa botella de tequila que os trajeron de México o el Chivas de 25 años.
Este artículo fue modificado el 7 enero, 2019 5:13 pm