¿Cuántas veces habremos escuchado eso de «cualquier tiempo pasado fue mejor»? Seguro que más veces de las que podemos recordar. Aunque en ciertos casos sí puede ser así, los ejemplos que vamos a mostraros hoy distan mucho de serlo.
Los siguientes ejemplos son objetos reales, que se utilizaron en algún momento de la historia de la humanidad. Su función era completamente práctica, y de ahí sus esperpénticas apariencias.
1.- Dispositivo del siglo XIX para evitar la masturbación
Fuente: antique-salon
Fabricado en cobre, este dispositivo fue muy popular en la Francia de 1880. Era utilizado principalmente en los infantes para evitar que «sucumbiesen al pecado«. La mayoría de los niños que lo utilizaban acababan con infecciones debido a la escasa higiene del artilugio.
2.- Maletín para cazar vampiros
Fuente: ibigdan.livejournal
Ningún hogar norteamericano del siglo XIX estaba completo sin su kit para cazar vampiros del profesor Abraham van Helsing. Incluye una Biblia, varias estacas de madera, balas de plata, cruces, ajos, agua bendita y una bola roja que no sabemos exactamente para qué sirve.
3.- Bastoncillos para los oídos
Fuente: things.dirty
Estos artilugios para limpiar la cera de los oídos se hicieron muy populares en la Rusia del siglo XII. Los hombres los llevaban enganchados al cinturón, mientras que las mujeres los utilizaban como colgantes.
4.- Cajas para pulgas y otros objetos de marfil
Fuente: fishki
El marfil era usado para realizar diversas tallas. Muy apreciado por su aspecto, uno de los objetos más curiosos son las llamadas «cajas para pulgas» o zibellinos. Estos elementos se usaban para la captura y eliminación de los entonces muy frecuentes fastidiosos parásitos.
5.- Piel de marta cibelina
Fuente: fishki
La piel de la marta cibelina era muy apreciada en el siglo XVI. El motivo es bastante más asqueroso de lo que podamos imaginar. Como ya sabéis, en aquellos años la higiene brillaba por su ausencia. La piel de este animal se utilizaba para atraer a las pulgas y así tener que evitar darse algún que otro baño.
6.- Carnet de baile
Fuente: fishki
Los carnets de baile o libretas de baile tenían una utilidad hoy impensable. En sus hojas se apuntaban las melodías que iban a sonar esa noche y la pareja con la que se iba a bailar. Estaba muy mal visto comprometerse a un baile con alguna dama y después olvidar dicho compromiso. Las libretas estaban excelsamente decoradas con piedras preciosas, nácar y demás adornos.
7.- Mueble de viaje de varios pisos
Fuente: notesdemusees
Este mueble sería el equivalente al neceser actual, pero mucho más aparatoso. Estos neceseres contenían absolutamente todo lo que un caballero podría necesitar para mantener su imagen siempre impecable. Espejos, peines, perfume, cortaúñas, botones de repuesto, etc. El de la fotografía perteneció al príncipe Beauharnais de Italia.
8.- Palillos de dientes
Fuente: utoch.livejournal
En la actualidad los palillos de dientes suelen estar fabricados en madera y son de un solo uso. El que vemos en la fotografía data del año 1620 y es una pequeña obra de arte.
9.- Manitas para rascar la cabeza
Fuente: fishki
Ya os hemos hablado de la escasa cultura de la higiene que practicaban nuestros antepasados de hace un par de siglos. Si a su escasa afición por bañarse añadimos la pasión que tenían por los peinados increíbles y llenos de abalorios, tenemos un caldo de cultivo ideal para las liéndres, pulgas y piojos.
Fuente: fishki
Para conseguir que estos exagerados peinados mantuvieran su forma y consistencia a menudo se utilizaban aceites y grasas que no tardaban en llenarse de «bichitos». Las manos de rascar se utilizaban para escarbar en el pelo y así aliviar un poco la picadura de estos desagradables inquilinos.
10.- Orinales muy extraños
El orinal de esta foto estaba pensado para ser utilizado en viajes y/o excursiones. Tener que desvestirse para ir al baño en aquella época podía ser un problema debido a las capas y capas que llevaban los trajes. Lo que no tiene explicación es la necesidad de dibujar un ojo en dicho instrumento.
Los había de todas las formas, tamaños y colores. Sin duda uno de los más curiosos es el que corresponde a la fotografía inferior. No sabemos en qué estaría pensando el creador del urinario con una figurita de un señor en su interior.
Fuente: t30p
11.- Florero para llevar en el ojal de los botones
Fuente: liveinternet
Esta pequeña maravilla era, sencillamente, un florero portátil. Estaba diseñado para encajar en el ojal de las chaquetas o los vestidos. En su interior se vertía un poco de agua y así las flores tardaban más tiempo en marchitarse. Su ornamentación no era precisamente sencilla…
12.- Abrochadores
Fuente: thebuttonhooksociety
Como su propio nombre indica, estos instrumentos sirven para abrochar. En la época victoriana se puso muy de moda la ropa con una ingente cantidad de botones. Había botas que llevaban 20 botones, guantes con 10 y de los vestidos ya mejor ni hablamos. Los abrochadores facilitaban esta labor considerablemente.
13- Tazas de té para hombres con bigote
Fuente: onedio
En la época victoriana el bigote era un elemento fundamental en la cara de cualquier hombre. Grandes, pequeños, frondosos estilizados… Los había de todas las formas tamaños y colores, y cuidar de ellos era algo fundamental. Para evitar que los mostachos acabaran remojados o perdiendo su estilosa forma a la hora de tomar el té, se inventaron las tazas con reposabigote.
¿Que dirán nuestros tataranietos cuando vean los objetos que utilizamos hoy en día? Visítanos en 200 años para saberlo.
Fuente: Fishki, Artículo por La Voz del Muro
