Tener hermanos no es cosa fácil. A pesar de nacer y crecer en el mismo hogar, convivir diariamente y compartir tantos espacios no necesariamente significa que vayan a ser amigos. De hecho, son una cosa totalmente normal y esperada las innumerables peleas por trivialidades. Porque cada hermano desarrolla su personalidad y muchas veces resulta ser completamente opuesta a la del otro hermano.
Sin embargo, también tienen muchas características parecidas, como los gestos, los movimientos y hasta algunas habilidades. Pues la genética es demasiado poderosa y no solo hace que nos parezcamos físicamente a nuestros hermanos; también compartimos un poco de la misma extrañeza.
Y para nuestra suerte, existen cámaras fotográficas que pueden captar esos momentos raros entre hermanos. Ahora se pueden tener miles de imágenes de cada escena inusual, pero en una época donde las fotografías eran pocas; cada recuerdo almacenado en ellas se vuelve mucho más especial.
A continuación te queremos mostrar algunas fotos familiares viejas que son un claro ejemplo de que la rareza no se puede ocultar y por supuesto, es hereditaria.
Su madre les hizo trajes iguales con las cortinas que iban a juego con la tapicería del sofá.
Al menos los hermanos mantuvieron la sonrisa.