Por lo general, como personas es casi imposible considerar a un árbol como algo peligroso. A lo mejor, lo máximo de lo que podemos llegar a preocuparnos es que se caiga una rama o el tronco entero. Sin embargo, pocos se dan cuenta de que estas lindas plantas, que a simple vista parecen inofensivas, pueden ser depredadores completamente voraces.
Al final, lo único que se necesita es que algo esté suficientemente cerca para que el árbol le ponga las manos encima y engullirlo completamente. Si bien esto puede tardar varios años, a los árboles les sobra. Los siguientes ejemplos, son imágenes de casos reales alrededor del mundo, que prueban una vez más, el gran poder de la naturaleza.