Si te has cansado del parque acuático o el polideportivo de tu ciudad, existente un buen puñado de piscinas naturales que puede visitar, algunas en lugares tan increíbles como estos.
Situada en el borde de las cataratas Victoria, la Piscina del Diablo es uno de los lugares más impresionantes del mundo para darse un chapuzón. Sin embargo, solo podrás bañarte desde mediados de agosto hasta mediados de enero, cuando el nivel de agua es bajo, o te arrastraría la corriente.
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El salto de la catarata Havasu y sus aguas cristalinas solo son accesibles tras una ardua caminata, pero la belleza del lugar merece la pena.
Solo unos centímetros de piedra separan la cálida laguna Giola del frío Mar Egeo, razón por la que los turistas aman bañarse en ella.
Formada por una antigua erupción volcánica, To Sua resulta tan hermosa como inaccesible. Un destino obligado si viajas a Samoa.
En el Parque Nacional de Haleakala en Maui, rodeadas de exuberantes bosques de bambú, se encuentran las siete piscinas sagradas. Un conjunto de lagunas naturales, conectadas por diversas cascadas y saltos de agua. ¡Precioso!
Formada en el interior de una pequeña montaña de piedra caliza, el agua salada de Sinkhole hace las delicias de los turistas.
A solo 23 millas de Austin, Texas se encuentra una de las piscinas naturales más famosas de Estados Unidos. Parte de la piscina se encuentra bajo una visera de piedra, lo que le da un aspecto muy pintoresco.
El agua increíblemente azul de Nanda es muy apreciada por los aficionados al snorkeling que, además, disfrutan de los servicios de un bar con tobogán en el lugar.
El Blue Hole de Santa Rosa también es muy famoso entre los buceadores, debido a la red de cuevas subterráneas que hay en él.
La cascada de Kuang Si forma un conjunto de piscinas naturales de gran belleza y agua fría, ideal para los días calurosos.
Cenote es una de las muchas piscinas subterráneas que rodean las ruinas mayas de Chichén Itzá, sin embargo, con esas lianas y el color azul turquesa de sus aguas, quizá sea la más bonita.
La guarida del diablo es una maravillosa piscina privada, cuyas aguas brillan como un diamante gracias a la abertura que hay en su techo.
La caminata es muy dura y el agua siempre es extremadamente fría, pero las vistas hacen que todo valga la pena.
Aunque permanece cerrada durante el invierno, esta popular piscina natural se llena de visitantes nada más llegar el buen tiempo.
Puedes acampar en la zona durante todo el año, aunque el agua de esta gran piscina con cascada solo te resultará apetecible en verano.
El borde de esta piscina natural ofrece una de las mejores y más hermosas vistas al paisaje australiano.
Aunque la cascada es una de las más pequeñas de la lista, las aguas del cañón Little River resultan perfectas para disfrutar de un refrescante baño.