18 enseñanzas de cómo debía ser la mujer modélica de la década de 1950

Publicado 18 noviembre, 2015 por Alberto Díaz - Pinto
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Si recordáis hace algún tiempo vimos cómo los hombres vivían prácticamente aterrorizados por la idea de que las mujeres acudiesen a las urnas a principios del s. XX en Estados Unidos. Y es que no nos cabe en la cabeza cómo apenas cien años podían vivir con una mentalidad tan machista y retrógrada. Una lucha por la igualdad de derechos que aún hoy perdura en muchos rincones del mundo.

La década de los 50, por ejemplo, estuvo marcada por la mujer tradicional que cuidaba del esposo, los hijos y el hogar de una forma modélica. De hecho, en mayo de 1955, se publicaron las «18 reglas para hacer a tu marido feliz», en una revista mensual llamada ‘Housekeeping Monthly’. Muchas de los ideales y valores que contiene, por absurdos que nos parezcan hoy, fueron reales y muchas mujeres adoptaron estas directrices en su día a día.

A continuación, queremos compartir con todos vosotros literalmente el contenido de aquella publicación para que, después de leerla, nos digáis si creéis que esta filosofía de vida ha desaparecido, o si por el contrario, pensáis que aún quedan muchas cosas por limar. Os adelanto que es bastante indignante:

1. Ten la cena lista. Planéala con antelación, incluso la noche anterior, para tener una deliciosa comida a tiempo para su regreso. Esta es una manera de hacerle saber que has estado pensando en él y te preocupas por sus necesidades. La mayoría de los hombres están hambrientos cuando llegan a casa y la perspectiva de una buena comida (especialmente su plato favorito) es parte de la necesaria bienvenida a casa.

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2. Prepárate. Tómate 15 minutos para descansar de modo que estés fresca cuando llegue. Retoca tu maquillaje, ponte una goma en el pelo y luce fresca. Él lleva todo el día trabajando.

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3. Debes estar contenta e interesarte un poco más por él. Su aburrido día puede necesitar un estímulo y uno de tus deberes es dárselo.

4. Ordena los trastos. Haz un último viaje por la mayor parte de la casa justo antes de que tu marido llegue.

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5. Recoge los libros del colegio, juguetes, papeles, etcétera, y pasa una balleta por las mesas.

6. Durante los meses más fríos del año deberías preparar y encender un fuego para calentarle. Tu marido sentirá que ha llegado a un cielo de descanso y orden, y te dará un estímulo también. Despues de todo, preocuparte por su comodidad le llenará de una inmensa satisfacción personal.

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7. Prepara a los niños. Tómate unos minutos para limpiar las caras y manos de tus hijos (si son pequeños), peinales, y, si es necesario, cámbiales de ropa. Ellos son pequeños tesoros y a él le gustará verles jugar. Minimiza el ruido. A la hora de su llegada elimina todo el ruido de la lavadora, secadora o aspiradora. Trata de hacer que los niños estén tranquilos.

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8. Sé feliz al verle.

9. Salúdale con una sonrisa cálida y muestra sinceridad en tu deseo de complacerle.

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10. Escúchale. Puede que tengas docenas de cosas importantes que decirle, pero la hora de su llegada no es el momento correcto. Deja que él hable primero. Recuerda, los tópicos de su conversación son más importantes que los tuyos.

11. Haz que la tarde sea suya. Nunca te molestes si llega tarde a casa o sale a cenar, o a otros lugares de entretenimiento sin ti. En lugar de eso, trata de entender su mundo de cansancio y esfuerzo y su muy real necesidad de estar en casa y descansar.

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12. Tu objetivo: trata de asegurarte que la casa es un lugar de paz, orden y tranquilidad donde tu marido pueda renovarse en cuerpo y espíritu.

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13. No le recibas con quejas y problemas.

14. No te quejes si llega tarde o incluso pasa fuera toda la noche. Cuéntalo como un mal menor comparado con lo que él ha tenido que pasar durante todo el día.

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15. Hazle sentir cómodo. Deja que repose la espalda en un cómodo sillón o que se tumbe en la cama. Ten una bebida, fría o caliente, lista para él.

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16. Arregla su almohada y ofrécete a quitarle los zapatos. Háblale con voz baja, tranquilizadora y agradable.

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17. No le preguntes sobre sus acciones o cuestiones sus juicios o su integridad. Recuerda que es el amo de la casa y como tal siempre ejercitará su voluntad con justicia y veracidad.

18. Una buena esposa siempre conoce su sitio.

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Fuente: littlethings

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