Todos somos apasionados de algo en diversos momentos de nuestras vidas. Hay a quien le gusta el fútbol, otros disfrutan con la lectura, existen los amantes del arte, en definitiva, un sinfín de aficiones por las que podemos sentir autentica pasión.
Quien más, quien menos, tiene alguno de estos pasatiempos a los que dedica el tiempo libre. Esto es algo fundamental en la vida de cualquier persona y muy sano a nivel psicológico, ya que nos ayuda a desconectar de nuestra rutina diaria.
Lo que pasa es que a veces esta pasión por algo se nos va de las manos y pasa de ser un simple pasatiempo a convertirse en el centro de nuestras vidas. Es en estos momentos exagerados cuando la gente que está a nuestro alrededor se percata de que, tal vez, nos estamos excediendo en nuestra forma de actuar.
Esto no es tan solo aplicable a aficiones, sino a cualquier actividad que llevemos a cabo. La barrera que diferencia entre hacer las cosas bien y tener un obsesión puede ser muy difusa. Si no me creéis mirad las siguientes fotos y decidme ¿Aficionados con mucha pasión o personas un pelín obsesionadas?.
Sin duda, una muestra de gente que puso tanto énfasis en hacer algo que se olvidó de pensar en si debía hacerlo o no.
Fuente: Fishki
Este artículo fue modificado el 8 enero, 2019 7:21 pm