Dar un paseo en bici o en moto es algo que a casi todo el mundo gusta. La sensación de libertad que nos producen estos 2 vehículos es difícilmente comprable a cualquier otra.
Por desgracia su uso es tan útil como peligroso. Al ser vehículos sin carrocería, si sufrimos algún golpe es nuestro cuerpo quien recibe todo el impacto. Para minimizar las lesiones de un accidente y salvar la vida en la medida de lo posible, se inventaron los cascos. Este elemento de seguridad disminuye en un 70% la posibilidad de sufrir lesiones cerebrales en un accidente.
Su uso es obligatorio, aunque a día de hoy mucha gente sigue sin querer utilizarlos. Excusas tan banales como que nos despeina, que solo vamos a un sitio aquí cerca o que conducimos muy bien no sirven de nada cuando tenemos un accidente.
Para ser un poco más conscientes de las lesiones que nos evita un casco, aquí os mostramos 23 fotografías de como quedaron algunos de estos elementos protectores después de un accidente. Pensad que todos los arañazos, grietas y golpes se los habría llevado la cabeza de no llevarlo puesto.
Un paseo en bicicleta normal y corriente puede acabar dejando el casco así
Imaginaos estos arañazos en una cara…
Duele solo de verlo
Parece cosa de poco, pero pensad que una cabeza es mucho más blanda que este casco
El dueño de este casco salvó su cara
Si ese golpe hubiese ido a parar a la mandíbula del motociclista, seguramente no podría haber hecho esta foto
Un bordillo de la acera puede ser mortal
Mejor tener comprar un casco nuevo, que no volver a comprar nunca uno
Unos arañazos bastante profundos
Un «rocecito de nada»
Seguro que ahora no piensas que usar casco en bicicleta es una exageración
El asfalto es como papel de lija
