Durante los años de universidad tuve que vivir en casas destartaladas, con ventanas viejas y sistemas de calefacción antiguos. La llegada del invierno significaba dos cosas: una factura de calefacción desorbitada o una hipotermia de campeonato.
Ninguna de las opciones merecía la pena, créeme. Por ello tuve que ingeniármelas para aprender unos cuantos trucos y no morir ni de congelación, ni de hambre.
Ahora que el frío llama a tu puerta, utiliza estos 23 útiles consejos, trucos y proyectos de bricolaje para mantener el frío a raya y el dinero en tu bolsillo.
Una casa cerrada siempre es más fría. La luz entrará a través del vidrio y calentará suelos, paredes y muebles. Recuerda, calor gratis.
Una vez que la luz desaparece, las ventanas se convertirán en el enemigo. El calor se escapará con facilidad a través de ventanas sin cámara de aire.
La masilla sólo cuesta unos pocos euros y se aplica en cuestión de minutos, un pequeño trabajo que se traduce en un gran ahorro.
Si tus ventanas son viejas y no tienen doble revestimiento, con plástico de burbujas, un cuchillo y una botella de spray llena de agua, podrás reducir la perdida de calor en un 50%. (Tutoríal)
No hay nada más desagradable que salir de la cama y tocar el suelo helado a primera hora de la mañana. Las alfombras no sólo dan una agradable sensación mañanera sino que además añaden una capa de aislamiento extra que atrapa el frío en el suelo.
Los burletes son unas pequeñas tiras de esponja o goma adhesivas que se colocan en los marcos de puertas y ventanas, gracias a ella aislamos estas rendijas y podemos reducir entre un 10-15% nuestra factura.
Con un poco de papel de aluminio de alta calidad podremos reflejar más calor en nuestra habitación en lugar de dejar que se escape a través de las paredes.
Programa el termostato a 13 grados para los momentos en que la casa esté vacía y 21 grados en los momentos en los que estés en casa. Este pequeño gesto puede ahorra entre un 5%-15% de calefacción la año.
Obviamente este punto será más sencillo si vives sólo o en pareja. El aire caliente y húmedo de la ducha ayudará a elevar la temperatura de la casa.
Ahorrarás dinero de dos maneras. En primer lugar no gastarás electricidad en al poner la secadora y en segundo lugar la humedad de la ropa hará que la casa se este más caliente.
Hay algo que poca gente conoce de los ventiladores de techo. El aire caliente sube hacia arriba y el ventilador de techo es una excelente forma de bajarlo. Cambia la orientación de las aspas y prográmalo al mínimo para que mueva el aire. Se puede hacer mediante un botón que encontrarás normalmente en el cuerpo del ventilador que cambiará el sentido del giro, o si no lo tiene, cambiando el ángulo de las aspas.
Si tienes una chimenea pero no te gusta encenderla a menudo, debes de saber que es una gran vía de escape para el calor. Para evitar la corriente de aire puedes hinchar un globo a modo de tapón dentro de su escape de humos.
El calentador de agua es un aparato que almacena a temperatura constante varios litros de agua en su interior listos para usar. Si el agua se enfría o se usa, el calentador se pone en marcha para recalentarla. Si nos aseguramos de taparlo bien con una capa extra de aislante reduciremos entre un 4% y un 9% los costes de calefacción de agua.
Si alguna sección de tus tuberías o radiadores son externos o recorren tus paredes, no olvides aislarlos convenientemente con un poco de TLC, el agua caliente llegará justo a su temperatura ideal a tu ducha.
Si el aire frio se cuela por debajo de la puerta puedes encajar este excelente material aislante rodeando su base inferior.
La ceramica es uno de los mejores materiales para acumular el calor y con sólo una vela de té podrás mantener más caliente una pequeña habitación o la zona de trabajo por 12 céntimos al día. (Tutorial)
Es obvio pero mantenerte dentro de casa en manga corta, no va hacerte ahorrar dinero durante el invierno. Utiliza ropa cómoda que te ayude a permanecer caliente dentro de casa.
Una infusión, un té, un cafe o una sopa elevará la temperatura de tu cuerpo en un santiamén.
Después de hornear pizzas, galletas o pan, deja la puerta abierta del horno para reciclar su calor.
Si te mueves, la sangre fluye y el cuerpo se calienta. Con un par de minutos de sentadillas o dominadas dejarás de lado el frío.
Las mantas eléctricas consumen mucha energía, si quieres calentar la cama por muy poco dinero, recicla un par de sabanas viejas rellenas de algo de arroz y jamás volverás a tener la cama helada. (Tutorial)
Una botella de agua caliente dentro de la cama es igual de efectiva.
El calor corporal es una de las mejores fuentes de calor natural.
Fuente: Distractify.