Hay personas que somos perezosas por naturaleza, es llegar la época estival y nuestro ritmo de vida desciende vertiginosamente. No lo hacemos aposta, está en nuestra naturaleza, seguramente en otra vida fuimos tortugas u osos perezosos, y eso nos ha dejado una impronta en nuestra personalidad por los siglos de los siglos.
Los ejemplos de pereza que vienen a continuación superan todas las expectativas que os podáis plantear. En muchos de estos casos, seguramente, una piedra tendrá más actividad que alguno de los protagonistas de estas fotos.
La pereza nos acecha en cualquier esquina, ¿cuántas veces hemos hecho planes a largo plazo y a la hora de realizarlos preferimos no movernos del sitio? y es que a veces se está tan cómodo en el sofá…
Si es verano porque hace calor y no apetece moverse, si es invierno porque hace mucho frío y ¿dónde vas a estar mejor que en casa calentito? el caso es que siempre hay una buena excusa para un buen perezoso.
Después de una larga jornada de trabajo lo que más te apetece es relajarte un poco, dedicarte a hacer nada y contemplar las musarañas como si fuese lo más interesante que habías hecho en tu vida.
Este comportamiento no es exclusivo del mundo humano. En el ámbito animal tenemos multitud de ejemplos de desidia y vagancia. Solo que en los animales, lejos de ser una cualidad reprochable, es incluso cómico.
Aparte de la pereza comúnmente conocida también tenemos la procrastinación, que es un derivado de la vaguería y consiste en postergar trabajos o actividades importantes excusándose en realizar otros de menor o nula importancia.
Bueno, queridos lectores, para concluir os animo a salir a hacer deporte y… casi mejor que nos sentemos un ratito en el sofá que siempre costará menos trabajo.
Fuente: Jokerry
Este artículo fue modificado el 14 septiembre, 2019 5:03 pm
