Las redes sociales son una fuente de tráfico masivo y pueden convertirse en uno de los mejores aliados para nuestro negocio, siempre y cuando las usemos como es debido. Twitter, Instagram, Facebook, Tumblr, Pinterest o WhatsApp. Independientemente del tipo de redes sociales que utilicemos, siempre conviene saber cómo manejarlas óptimamente para un mayor rendimiento.
Sin duda alguna, uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta es una visualización cuidada, así como determinar a qué tipo de público queremos dirigirnos. Esto, sumado a otros cuantos factores, nos permitirán obtener un mayor alcance.
Si aún estáis un poco verdes con las redes sociales, o lleváis poco tiempo en el mundillo, estas 5 claves os vendrán genial para empezar:
Cuida tus mensajes al milímetro
En las redes sociales no todo son fotos, ni siquiera en Instagram. Es más, los mensajes que acompañan a las imágenes en el compendio de la publicación, cada vez resulta más importantes.
Por ello, además de una ortografía cuidada y un lenguaje propio de nuestra línea de marca, no estaría de más utilizar emojis para expresar sentimientos y, por tanto, cercanía con el público.
Del mismo modo, también podemos utilizar conversores de letras bonitas, que podrán cambiar la tipografía de nuestros mensajes en las distintas redes sociales que utilicemos.
Fija tus objetivos
¿Qué pretendemos conseguir con los perfiles en redes sociales? Antes de definir nuestros objetivos, debemos tener en cuenta 3 puntos básicos:
- La red social: nuestros objetivos deben ser diferentes en cada uno de nuestros perfiles sociales, pues el comportamiento del público de cada red es completamente diferente.
- El momento de nuestro producto, marca o servicio: no buscaremos lo mismo al comienzo de un proyecto, durante la fase de consolidación de nuestra marca o frente a la campaña de un nuevo lanzamiento. Cada momento deberá tener su objetivo en las redes sociales, así como su estrategia para conseguir alcanzar todas las metas.
- El objetivo final: debemos aunar nuestros objetivos en todas las redes sociales entre sí, para alcanzar el objetivo final de nuestra empresa o marca personal. Por ello, es conveniente tomarse las redes sociales como una pilar más de nuestro negocio.
Mide tu audiencia
Medir debe ser la base de cualquier estrategia, ya que nos permite cuantificar el éxito de una acción, así como la oportunidad de obtener otros datos y estadísticas de nuestros perfiles.
Además de medir los resultados mediante las famosas analíticas, no estaría de más ir familiarizándonos con las propias herramientas de medición de cada red social.
Por ejemplo, en Facebook Insights podremos conocer cuándo están nuestros seguidores online; en Twitter Analytics también podemos consultar cuáles de nuestros últimos tweets tuvieron más difusión o cuál de nuestros seguidores tuvo mayor relevancia en tu perfil durante el último mes.
Genera contenido de calidad
Nos referimos al contenido que resulta de utilidad para nuestros usuarios. Es decir, aquel que leen y les permite entretenerse o resolver sus dudas, así como el que comparten o comentan con el autor o sus amigos y/o seguidores.
No huyas de las críticas
Uno de los errores que más me sorprenden en los perfiles sociales corporativos es la capacidad que tienen para intentar huir de las críticas. Principalmente en Facebook, no es difícil encontrarse con perfiles corporativos que no permiten escribir públicamente en su muro a sus usuarios.
Después de todo, si un cliente satisfecho no es capaz de encontrar un medio para felicitarte, seguramente se le olvide; pero si es un cliente insatisfecho podemos estar convencidos de que buscará cualquier otro medio para quejarse. Y seguramente con más intensidad.
Y por último, y a modo de consejo extra, es mejor gestionar una red social menos de las que nos habíamos propuesto en un primer momento. Puede que no siempre alcancemos todos los objetivos y nos lleve más dedicación de la que habíamos previsto. Por ellos midamos nuestra euforia antes de lanzarnos y nacer en todas las redes sociales, ya que no hay nada peor que caer en un perfil social sin alma.
