Irónicamente, algunos de los personajes célebres de la Historia que a día de hoy conocemos por lo mucho que han aportado a la filosofía, por sus grandes batallas, y por otros motivos nobles, acabaron perdiendo la vida de maneras muy absurdas. Está claro que no estamos hechos para vivir eternamente y que no podemos leer el futuro y saber qué acabará con nosotros, pero ni remotamente nos podríamos imaginar terminar igual que estos personajes que presentamos a continuación. Hay que tomárselo con humor.
1. Crisipo: Un ataque de risa
Wikipedia / Giuseppe Porta
Crisipo fue un filósofo estoico de la Antigua Grecia cuya influencia en los campos de la Lógica, la Física y la Ética ha llegado hasta la actualidad. Según el antiguo biógrafo de filósofos griegos Diógenes Laertius, Crisipo murió de un ataque de risa en 206 a.C. cuando vio a un burro borracho intentando comerse unos higos. Al menos se puede decir que se fue al otro mundo bastante contento.
2. Esquilo: un «tortugazo»
Maso Finiguerra / Grabado del siglo XVI del British Museum
Parece ser que entre los griegos estaba de moda irse al otro barrio de maneras absurdas. Esquilo era un dramaturgo griego, conocido como padre de la tragedia y creador de las trilogías. Según el historiador romano Valerius Maximus, murió después de que un águila siciliana recogiera una tortuga con sus garras y confundiera su calva con una roca. Al parecer, el animal quiso destrozar el caparazón de la tortuga y la arrojó contra la cabeza de Esquilo, que no consiguió recuperarse del traumatismo.
3. Atila el Huno: hemorragia nasal
Atila el Huno fue el líder de un Imperio que saqueó e invadió numerosos territorios occidentales. Sin embargo, no falleció en batalla ni de ninguna manera noble, sino por una hemorragia nasal. Cuando estaba celebrando su matrimonio con su nueva esposa, en 453, y en plena borrachera, su nariz comenzó a sangrar y Atila terminó ahogándose.
4. Papa Adriano IV: una mosca
El papa Adriano IV fue el único inglés en llegar a ser papa. En el momento de su fallecimiento, se encontraba en una lucha diplomática con el emperador romano Federico I. Poco antes de que el emperador pudiera ser excomulgado, el papa se ahogó con una mosca que flotaba en su copa de vino. Hasta ahí llegó su mandato.
5. Adolf Frederick, rey de Suecia: se pasó con la cena
El rey Adolf Frederick estuvo al mando de Suecia durante veinte años (1751-1771), y se le recuerda por ser una persona pacífica que amaba la comida. En una ocasión, organizó una comida tan copiosa que acabó con su vida. Esa cena incluía langosta, caviar, chucrut y arenques. El monarca acabó falleciendo después de comerse todo eso acompañado de mucho champán, y catorce panes dulces con leche caliente.
6. Sófocles: teorías enfrentadas
Sófocles vivió hasta los 90 años y aunque le recordamos como un escritor de tragedias noble e influyente, terminó su vida de una manera muy extraña, según las teorías que existen. Algunos historiadores dicen que perdió la respiración por completo al tratar leer una oración muy larga de su obra Antígona sin pararse a tomar aire. Otros dicen que se atragantó mientras comía una uva verde en un festival en Atenas. Una tercera teoría sostiene que murió de felicidad tras recibir una buena noticia.
7. Francis Bacon: salió a la nieve a enterrar un pollo
El famoso filósofo, escritor y abogado perdió la vida tras intentar comprobar si el frío era bueno a la hora de conservar alimentos. Salió a la nieve a enterrar un pollo y le cogió el frío. Su salud fue empeorando y al poco tiempo falleció de neumonía.
